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Repartidores agotados, restaurantes sin opción: crece la insatisfacción con las app de delivery

Todos los días, el repartidor Adriano da Costa sale de casa antes de las nueve, toma dos autobuses hasta la avenida Paulista, corazón de la ciudad de San Pablo, y toma la bicicleta eléctrica de la aplicación iFood a última hora de la mañana.

(Daniel Giovanaz - Brasil de Fato) Brasil - Son en promedio diez horas de trabajo diario que, sumados al tiempo de viaje, lo tienen todo el día fuera de casa. Cuando regresa, ya pasa de la medianoche y está agotado.

"Puedo tomarme el día cuando quiera. Puedo prender la aplicación cuando quiera. Pero termino trabajando de lunes a domingo, por necesidad. Porque tengo que pagar la pensión alimenticia de mi hijo, tengo gastos", ejemplifica.

Desde hace aproximadamente un año y medio, Adriano recibe en promedio de 2.800 reales mensuales (aproximadamente 560 dólares) de la aplicación, y paga los costos de transporte y alimentación durante todo el día.

Aunque existen decisiones divergentes, la Corte brasileña no suele reconocer una relación laboral entre repartidores y aplicaciones.

La falta de legislación específica en el país genera una inestabilidad jurídica y hace que a veces se les trate como autónomos, a veces como independientes, y más raramente como trabajadores formales, según la ley laboral, conocida como CLT (Consolidación de las Leyes de Trabajo)

Las dos principales quejas de Adriano se refieren al límite de kilometraje de las bicicletas y las altas tarifas que cobra la aplicación.

"En algunos casos, hay una entrega a 5 km, 7 km y debemos pedalear bajo el sol ardiente. Estas distancias deberían valer solo para las motos. Nuestro límite debería ser de 4 km", dice.

"Y, a veces, nos pagan 7 reales (cerca de 1,4 dólar) por 6 km. No vale la pena. Si uno pasa 30 minutos esperando que esté listo el pedido en el restaurante, pierde una hora para hacer una entrega".

El cuestionamiento sobre el monto pagado por entrega es el más frecuente entre los repartidores.

"En cuanto tenga la oportunidad de un trabajo con contrato formal, en cualquier área, lo tomo. Pero, hoy, si me rindo o me excluyen de la plataforma, al día siguiente estaré en la calle pidiendo ayuda", completa el repartidor, quien trabaja para tres aplicaciones diferentes y optó por no revelar su nombre para evitar represalias.

Además del desempleo, la pérdida de poder adquisitivo de los sueldos en el mercado laboral formal también hace que muchos trabajadores, aunque descontentos con las tarifas, sigan con las aplicaciones.

¿Malo para todos?

La insatisfacción de los repartidores con las condiciones ofrecidas por las plataformas ha ido creciendo en Brasil. Desde 2020, trabajadores de varias ciudades protestan por mejoras en la relación y derechos asegurados.

La manifestación más conocida fue el "Breque dos Apps" (Frenada de las Apps) en julio del año pasado, una huelga nacional con gran adhesión en San Pablo y otras capitales.

"He sido testigo de varias manifestaciones. Y hay quienes no participen sencillamente porque en ese día necesitan ganar dinero, porque tienen deudas. De modo que estas personas quieren mejoras, pero no harán huelga", analiza Adriano, que jamás participó en actos contra empresas del sector para que no lo excluyan de la plataforma.

João Francisco dice que intenta «ni acercarse» a las protestas, para que nadie lo vea como un participante y que esté en riesgo su trabajo.

Su preocupación tiene sentido. Uno de los articuladores de la huelga nacional de 2020, el repartidor Paulo Lima, conocido como Galo, fue inmediatamente expulsado de las principales aplicaciones.

Alternativas

Según estimaciones de la Asociación Nacional de Restaurantes, la participación promedio de la entrega a domicilio en los ingresos totales de los restaurantes saltó del 11% al 21% entre el comienzo de la pandemia y diciembre de 2020.

Paulo César da Motta es uno de los propietarios del café y restaurante Empório do Aroma, en el centro de Curitiba, en Paraná. El establecimiento abrió una semana antes del primer lockdown en la ciudad, en marzo de 2020.

"Estudiamos la viabilidad de ingresar a las aplicaciones de entrega. Pero, con las propuestas que tenían, las tarifas, y toda la inversión que tendríamos que hacer con relación al packaging, por ejemplo, entendimos que no sería ventajoso", dice.

Hoy, Empório do Aroma es uno de los pocos cafés de la región que sobrevive sin estar registrado en las aplicaciones.

Otro motivo para no optar por las plataformas es la creciente precarización del trabajo de los repartidores.

"Todo trabajo merece una remuneración digna. Cuando vimos que el repartidor recibía 3 o 4 reales (menos de 1 dólar) por una distancia de más de 5 km, consideramos que, al ingresar a una aplicación de entrega, estaríamos contribuyendo a la explotación del trabajo —y con un mercado de packaging con precios desconectados de la realidad", completa.

Nota completa: https://www.brasildefato.com.br/2021/09/24/repartidores-agotados-restaurantes-sin-opcion-crece-la-insatisfaccion-con-las-app-de-delivery

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