Brasil: Frente social contra intentos privatizadores

Para frenar lo que consideran un proceso en curso de privatización del agua en América Latina, organizaciones de la sociedad civil comienzan a coordinar acciones conjuntas en la región. Denuncian la aplicación "de diversas formas sutiles" que tienden a dejar este recurso fuera del control estatal.

Hay muchas situaciones puntuales en cada país tendientes a ese fin, según los organizadores del "Seminario Internacional: Panorama Político sobre Estrategias de Privatización del Agua en América Latina", realizado en la Universidad Federal de Río de Janeiro.
"En Brasil está en curso un proceso de enajenación del agua semejante al que ocurrió con la energía eléctrica cuando, después de la privatización, las tarifas aumentaron cerca de 400 por ciento", sostuvo a modo de ejemplo el "Movimiento de los Afectados por las Represas" (MAB, por sus siglas en portugués)
Para los participantes del seminario es necesario convocar a un referéndum en los países de la región, como el realizado en 2004 en Uruguay y que le dio el control social a los recursos hídricos de ese país, o el más reciente de Italia. Entre otros puntos sometidos a votación, 95 por ciento de los que participaron de la consulta adhirió al No a la privatización del agua.
América Latina tiene hoy el mayor control y posesión de los recursos naturales del planeta y, por eso, es importante comenzar a movilizarse para preservar esa riqueza, según explicó en entrevista Rogerio Hohn, de la coordinación nacional del MAB.
Para el MAB, la privatización del agua se expresa de diversas formas sutiles, además del control del servicio de abastecimiento domiciliar. Por ejemplo, entregando a los municipios la administración de ese recurso para debilitar negociaciones a nivel nacional, cobrando por su uso o apropiándose a través de sectores como la agricultura, la minería o el de las empresas de saneamiento.
"Inclusive los embalses para generación de energía eléctrica son una forma de privatización del agua, porque no se vende sólo energía sino el agua que está en el embalse", destacó Hohn.
Aparecido da Silva explicó que en Brasil todavía gran parte de la operación de servicios de saneamiento es pública, puesto que atiende aún a casi la totalidad de los 190 millones de habitantes del país. El sector privado sólo abarca a nueve millones de personas, detalló.
Sin embargo, los privados ya manifestaron "que en poco tiempo pueden ampliar su inserción en el área de saneamiento en alrededor de 30 por ciento de la población". "Es decir que convivimos todo el tiempo con la amenaza de más privatización", alertó.
Fuente: Fabiana Frayssinet - IPS

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