
Francia: un Primero de Mayo unitario da continuidad a las doce huelgas generales contra Macron
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- Categoría: Europa
- Publicado: Lunes 01 de Mayo de 2023

Tres meses y medio después de que comenzaran las protestas contra el alargamiento de la edad de jubilación en Francia, el movimiento social impulsado por los sindicatos sigue unido y con determinación para forzar la retirada de la reforma de pensiones
El 17 de abril, mientras el presidente francés Emmanuel Macron daba una alocución televisada para intentar cambiar de tercio, resonaban las primeras caceroladas frente a todas las prefecturas del país galo, el equivalente de las Delegaciones del Gobierno en España. Desde entonces, tanto el presidente como la primera ministra Élizabeth Borne y los miembros de su Gobierno ven sus apariciones públicas sistemáticamente perturbadas por caceroladas y otras acciones.
Una fase de la lucha ha terminado
El 16 de marzo fue aprobada sin ser votada la reforma que sube la edad mínima para jubilarse de 62 a 64 años, a condición de haber cotizado 43 años para tener una pensión completa, y siendo 67 años la edad a la que cualquiera puede jubilarse sin ver recortada su pensión.
Bajo el liderazgo de una intersindical agrupando las ocho principales organizaciones sindicales de Francia, la oposición a esta reforma ha organizado doce jornadas nacionales de huelga general y acciones desde el 19 de enero hasta el 13 de abril. La última consiguió congregar aún entre 380.000 –según el Ministerio del interior– y 1.500.000 manifestantes, según la Confederación general del trabajo (CGT), una de las principales confederaciones sindicales francesas.
Tras esa última huelga general, el Consejo constitucional –una corte consultiva sin el peso jurídico del Tribunal Constitucional español– declaró el viernes 14 de abril la ley conforme a la Constitución. A pesar de un fuerte debate entre los juristas constitucionalistas –proveniente especialmente del uso acumulativo de dispositivos constitucionales limitando los debates en las cámaras– los “sabios” del Consejo constitucional no han censurado la ley.
¿Cien días para qué?
Para su primera aparición a pie de calle el 19 de abril, el presidente eligió la pequeña ciudad de Sélestat, en una Alsacia de tradición conservadora. Fue recibido con protestas y fuertes reproches de la ciudadanía hacia su reforma de la jubilación, contestada sobre el fondo pero también sobre la forma de adoptarla, considerada no democrática.
Al día siguiente estaba organizado un “día de la ira de los trabajadores y las trabajadoras de los ferrocarriles”, con huelga, concentraciones y acciones diversas, como los cortes de ruta realizados en Figeac o Auch (Occitania). Ese mismo día, el presidente se fue con Pap Ndiaye, ministro de Educación, a un colegio de Ganges, pequeña ciudad rural y obrera en las montañas Cebenas, en el Departamento de Hérault, uno de los departamentos –equivalentes franceses de las provincias españolas– de Occitania.
La CGT cortó la luz en el colegio, obligándoles a sentarse en un patio de recreo. Desde entonces, las autoridades prevén grupos electrógenos para sus desplazamientos. A pesar de que la policía ha confiscado las cacerolas de los manifestantes en los accesos a la ciudad, apoyándose en una orden del Prefecto prohibiendo los “dispositivos sonoros portátiles”, una protesta de cuatro horas acompañó la visita del Presidente. La prohibición de las cacerolas da muestra de que la fuerte represión desatada en Francia no teme adentrarse en el campo de lo ridículo.
Mientras las órdenes de los prefectos prohíben concentraciones, manifestaciones o dispositivos de amplificación sonora, las cacerolas y redes sociales son las armas elegidas para boicotear todos los desplazamientos del presidente y sus ministros.
Las acciones se repitieron contra el Ministro de la salud en Poitiers (Nueva Aquitania), el de Justicia en Coulaines (Paises de la Loira) y contra Emmanuel Macron en su visita a Ostende en Bélgica, lo que ha demostrado que la movilización no se detiene en las fronteras del país. El martes, otra vez en el Departamento de Hérault (Occitania), los ministros de las cuentas públicas y de la función pública fueron buscados y encontrados por manifestantes con cacerolas en varias localidades del departamento, y se produjo otra cacerolada de nuevo contra Emmanuel Macron y el ministro de la Salud en Vendôme (Región Centro-Val de Loira). La tónica se ha repetido el resto de la semana.
Mientras tanto, bromistas de la unión sindical Solidaires crearon la página de internet 100 jours de zbeul (cien días de lío, de desorden, en jerga juvenil) para poner en marcha una peculiar competición entre los diferentes departamentos franceses. Para ganar puntos en este juego, hace falta organizar caceroladas, manifestaciones o cortes de luz durante las visitas de ministros o del presidente. Actualmente, con 105 puntos, el Departamento de Hérault (Occitania) lideraba la competición mientras el Departamento de Seine-Saint-Denis, con 48 puntos, trataba de encarar su particular remontada.
Contrafuegos
El Gobierno de Macron ha intentado encender contrafuegos para distraer la atención, poniendo a la población extranjera como chivo expiatorio. Desde el primer día del pretendido “apaciguamiento”, el ministro de Economía y Finanzas Bruno Le Maire declaró en la televisión BFM que “nuestros compatriotas, legítimamente, están hasta las narices del fraude [a las ayudas sociales]. Están hasta las narices de ver personas que cobran ayudas […] mandarlas al Magreb o en otro lugar mientras no tenían derecho [de percibirlas]”. Tanto el presidente como el ministro de Interior –Gérald Darmanin– querían presentar un enésimo proyecto de ley sobre la inmigración, pero por ahora ha sido aplazado por la primera ministra por falta de mayoría en la Asamblea.
Al mismo tiempo, Darmanin organizaba el despliegue de un gigantesco proyecto de destrucción de barrios de chabolas en Mayotte, con la expulsión de la isla de miles de ciudadanos y ciudadanas de las Comoras. Supuestamente centésimo primer departamento francés desde 2011, la isla africana de Mayotte quedó en territorio de administración francesa cuando en 1975 las demás islas del archipiélago de las Comoras formaron un Estado independiente. Ahora sufre problemas importantes de seguridad y de acceso a los servicios públicos. El proyecto ha sido por ahora paralizado gracias a una decisión del tribunal administrativo, prohibiendo la destrucción de uno de los barrios de chabolas, y gracias al Gobierno de las Comoras, que se ha negado a aceptar las miles de personas expulsadas previstas.
A pesar de estos contrafuegos, los manifestantes siguen persiguiendo con cacerolas a los ministros y ministras en cada uno de sus desplazamientos, recibiendo un respaldo mayoritario a sus acciones. Según un sondeo realizado el 17 de abril por la empresa Elabe para la televisión BFM, no solo siete de cada diez personas encuestadas se declaraban en contra la reforma sino que 64 % de las personas interrogadas se declaraban a favor de la continuación del movimiento social e incluso un 45 % creían que el movimiento debía endurecerse.
Movimiento social fuerte y posible victoria
Tras más de tres meses de movimiento social permanente, queda cada vez más claro que con la promulgación de la ley de reforma de la jubilación se ha cerrado una fase en la lucha contra la política del gobierno. La unidad sindical ha permitido la construcción de un movimiento social fuerte, acompañada por una juventud y una confluencia de causas que lo ha reforzado y sostenido en el tiempo.
Pero las doce jornadas de huelgas generales y manifestaciones con participación masiva, junto a huelgas continuadas durante semanas en varios sectores, no han impedido la adopción de la ley. Ahora ha entrado con fuerza la cuestión de la estrategia futura de las organizaciones sindicales. Por el momento, todos los sindicatos permanecen unidos y han convocado un primero de mayo unitario y masivo, pero no está claro que pasará después.
Laurent Berger, secretario general de la moderada Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT) pretende esperar un “plazo de decencia” antes de volver a la mesa de negociación del Gobierno sobre otros temas distintos al de la jubilación, pero la nueva secretaria general de la más contestataria CGT, Sophie Binet, entrevistada el lunes 24 de abril en BFM, consideraba que “mientras no se retire esta reforma [de la jubilación], será difícil volver a encontrar relaciones de confianza [con el Gobierno]”. Para ella, “se puede perder batallas sin perder la guerra. La CGT seguirá luchando para que la reforma no se aplique”.
El 3 de mayo, el Consejo constitucional dirá también si valida o no un proceso de “referéndum de iniciativa compartida”, un complejo proceso iniciado por parlamentarios que, con las firmas de mas de 10 % del cuerpo electoral, podría llegar a una nueva discusión en la Asamblea nacional o a un referéndum sobre la edad mínima de jubilación. En cuanto al pequeño grupo parlamentario centrista Libertés Indépendants Outre-mer et Territoires (LIOT), presentará el 8 de junio, durante su “nicho parlamentario”, una proposición de ley de abrogación del artículo que ha llevado de 62 a 64 años la edad mínima de jubilación.
Cualquiera que sea la forma que tome en los próximos meses la oposición a la reforma de las pensiones, un movimiento social fuerte e unitario se ha construido con tesón y, en cualquier caso, prosigue la lucha para derrocar la ley de la jubilación y empujar hacia una mejor repartición de la riqueza producida. Mientras tanto, habrá que ver si este Primero de mayo es tan masivo como lo esperan los sindicatos y si la nueva jornada de movilización desata una energía combativa similar a la que en 1891 lograron los trabajadores de Fourmies –conocida desde entonces como Fourmies “la roja”– para conseguir la jornada laboral de ocho horas.
Fuente: Régis Arriet y Jon Bernat Zubiri Rey – El Salto
Nota completa: https://www.elsaltodiario.com/francia/primero-mayo-unitario-doce-huelgas-generales-macron