Bienvenidos a la “dictablanda”

Comencemos con una bomba. Hace más de 10 días tuvo lugar un nuevo tipo de golpe de Estado en Paraguay contra el presidente elegido Fernando Lugo. Pasó virtualmente desapercibido en los medios corporativos globales. ¿Algo inesperado? No realmente. Un cable de marzo de 2009 de la embajada de EEUU en Asunción, revelado por WikiLeaks, ya había detallado cómo los oligarcas paraguayos estaban ocupados preparando un “golpe democrático” en el congreso para deponer a Lugo.


(Pepe Escobar – Asia Times Online) Mundo - El mismo proceso histórico tiene lugar actualmente en Egipto y Paraguay. Ambos países sufrieron dictaduras durante décadas. Cuando una dictadura parece estar en sus estertores finales, solo partidos políticos vinculados –o suavemente tolerados– por el antiguo régimen se encuentran en la mejor posición para beneficiarse de la larga, tortuosa, transición hacia la democracia. Esos países se convierten entonces en lo que el politólogo brasileño Emir Sader ha llamado “dictablandas”.
paraguaygolpe_3.jpgEsto se aplica al Partido Liberal en Paraguay y a la Hermandad Musulmana en Egipto. En la elección presidencial egipcia, un antiguo cómplice de Hosni Mubarak se enfrentó a un cuadro de la Hermandad Musulmana. Queda por ver si el orwelliano SCAF (Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas) en Egipto permitirá que esta nueva “dictablanda” se convierta en una verdadera democracia, en qué medida la Hermandad Musulmana está plenamente comprometida con la noción de democracia.
Paraguay ya está en una etapa más avanzada que Egipto. Sin embargo, cuatro años después de una elección presidencial democrática, el congreso sigue dominado por dos partidos favorables a la dictadura: Liberal y Colorado. Fue pan comido que esa oligarquía bipartidista se confabulara para derribar a Lugo.
Por favor, sírvame un juicio político más bien poco hecho
Lugo fue depuesto por un golpe disfrazado de juicio político, procesado en solo 24 horas. Los practicantes del régimen de cambio en Washington deben haber estado eufóricos; si solo pudiésemos hacer lo mismo en Siria…
Este simulacro tuvo que ser maquinado por lo que es el senado más corrupto en las Américas – y eso es un tremendo eufemismo. A Lugo lo culparon de incompetencia en una historia muy tenebrosa vinculada –inevitablemente– a un tema que es absolutamente crucial en todo el mundo en desarrollo: la reforma agraria.
El 15 de junio, un grupo de policías y comandos que iba a imponer una orden de desalojo en Curuguaty, a 200 kilómetros de Asunción, cerca de la frontera brasileña, fue emboscado por francotiradores infiltrados entre agricultores. La orden provino de un juez que protegía a un acaudalado terrateniente, Blas Riquelme, no por accidente ex presidente del partido Colorado y ex senador.
Mediante chanchullos legales, había tomado posesión de 2.000 hectáreas que pertenecían en realidad al Estado paraguayo. Esas tierras fueron entonces ocupadas por campesinos sin tierras, quienes habían estado solicitando su redistribución al gobierno de Lugo.
paraguaygolpe_2.jpgEl Observatorio de la Escuela de las Américas ya ha documentado cómo enormes porciones de terreno en Paraguay fueron efectivamente robadas a agricultores y “donadas” a militares y compinches de la clase alta durante esas décadas de la dictadura de Stroessner.
El resultado en Curuguaty fue 17 muertos –seis policías y 11 agricultores– y por lo menos 50 heridos. Simplemente no tiene sentido: los miembros de elite de la fuerza de desalojamiento, una unidad dura llamada Grupo de Operaciones Especiales, habían sido entrenados en tácticas de contra-insurrección en Colombia –bajo el gobierno derechista de Uribe– como parte del Plan Colombia fraguado por EEUU.
El Plan Paraguay, por su parte, era muy simple: criminalización total de toda organización campesina; obligar a los campesinos a dejar el campo en manos de la agroindustria transnacional.
Por lo tanto se trataba, esencialmente, de una trampa. Los rábidos derechistas de Paraguay –unidos estrechamente a Washington, que trataron de impedir, por todos los medios, el acceso de Venezuela al mercado común del Mercosur– solo esperaban la oportunidad para atacar a un régimen que todavía no había afectado sus intereses, pero que había abierto numerosos espacios para la protesta social y la organización popular.
Los “vencedores” en Paraguay tenían que ser los sospechosos de costumbre: la oligarquía terrateniente – y su campaña concertada para demonizar a los agricultores; intereses multinacionales de la agroindustria como ser Monsanto; y los medios vinculados a Monsanto (como el periódico ABC Color , que acusó a los ministros que no actuaban como secuaces de Monsanto de ser “corruptos”).
Los gigantes de la agroindustria como Monsanto y Cargill prácticamente no pagan impuestos en Paraguay gracias al Congreso controlado por la derecha. Los terratenientes no pagan impuestos. Sobra agregar que Paraguay es uno de los países con más desigualdad del mundo: un 85% de la tierra –unos 30 millones de hectáreas– es controlado por el 2% formado por la aristocracia rural, en gran parte involucrada en la especulación con la tierra.
Como ha señalado Martín Almada, un conocido activista de los derechos humanos paraguayo y ganador del Premio Nobel de la Paz alternativo, esto también tiene que ver con terratenientes brasileños. El productor más rico de soja en Paraguay es “brasiguayo”, poseedor de la doble nacionalidad.
Nota completa: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=152484&titular=bienvenidos-a-la-%93dictablanda%94-
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