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Se está duplicando la cantidad de muertes en el país cada 25/30 días

Asi lo afirma el Dr. Reynaldo Saccone, ex presidente de CICOP.  Mientras crecen exponencialmente los casos, los contagios y las muertes por el Covid19, en el caso de CABA y parte de la provincia de Buenos Aires hay mayor apertura de actividades. Se ha hecho una gran publicidad respecto de la reapertura de clases en los colegios técnicos en la Ciudad de Buenos Aires y, paralelamente, se registra una situación grave en algunos puntos del interior de nuestro país.

 

Sobre la pandemia y su evolución, comprtimos la entrevista realizada por Mario Hernandez 

Reynaldo Saccone: Vamos a tomar como parámetro para tener una idea de la evolución de la situación las muertes, porque los contagios dependen mucho de la denuncia, de los registros pero las muertes es lo más aproximado a la realidad de lo que está pasando.

Las muertes desgraciadamente están creciendo a un ritmo que un científico del Conicet, de apellido Kornblihtt dos meses atrás se había dado cuenta de que se estaban duplicando a un ritmo de cada 25 días aproximadamente por lo cual el cálculo que hacía era que para las primeras semanas de septiembre iba a haber aproximadamente 12.000 muertes y para las primeras de octubre 24.000. Desgraciadamente esa progresión se está cumpliendo.

Es lo que está pasando, se está duplicando la cantidad de muertes en el país cada 25/30 días. Además se corrigió en la provincia de Buenos Aires, porque solo se contaban los muertos por Covid que fallecían en hospitales y sistemas con registro, pero cuando esos datos se comparaban con los del registro de las personas, con los certificados de defunción extendidos por los profesionales que trataban a los pacientes que fallecían resultaba que eran muchos más, tal es así que hubo una diferencia de 3.500 en la provincia de Buenos Aires.

Finalmente, ahora se está haciendo con distinto ritmo en todo el país y eso está certificando esa duplicación cada 25/30 días que se está dando en el número de muertes. Ese es el parámetro más importante, porque el número de contagios no refleja la realidad del crecimiento de la pandemia.

Igual es muy grande, todos ya lo sabemos pero también sabemos que nuestro país es uno en los que menos testeos por 100.000 habitantes ha hecho en todo el mundo. Como hay leyes epidemiológicas y hay métodos que pueden variar, pero en general se considera entre los epidemiólogos que para decir que una población está bien testeada, que ha sido estudiada a un nivel satisfactorio en cuanto a la incidencia del virus, sólo el 5% de los testeos tiene que dar positivo.

En nuestro país, depende de las zonas pero, por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires el 50% de los testeos da positivo, o sea, que se testea diez veces menos de lo que se debiera. Y en la Ciudad de Buenos Aires, que presuntamente se testea mejor y es así pero también es totalmente insuficiente porque se testea 7 veces menos de lo que se debiera. No tengo datos del interior del país pero no creo que sea mejor. Entonces estamos en presencia de un déficit muy grande de testeos.

Este gobierno apostó a uno solo de los elementos a tomar en cuenta que era la cuarentena, el aislamiento y en ese sentido tuvo éxito durante las primeras 8 a 10 semanas. Porque efectivamente con el fuerte aislamiento impuesto y con la enorme colaboración de la población que comprendió y cumplió el mensaje, se logró que la curva de contagios y obviamente de decesos no escalara violentamente como pasaba en otros países del mundo en ese momento.

Recordemos las escenas de otros países latinoamericanos con muertos en las calles, o la propia Nueva York con cementerios en desuso habilitados  de urgencia, etc. Escenas tremendas que en la Argentina no se vivieron durante los primeros meses. Porque hubo una medida acertada.

El problema es que esa fue la única medida. Eso tendría que haber estado acompañado con un severo régimen de testeo y rastreo. Eso lo dicen todos los especialistas que reconocen la importancia de la pandemia, después están los políticos que niegan la pandemia y que siempre van a encontrar algún científico que los avale, como por ejemplo Bolsonaro en Brasil y Trump en EE UU con una política anti científica, negacionista de la pandemia y en última instancia criminal porque son los dos países con más muertos por millón de habitantes de América.

La OMS dice que una población está bien testeada si el 5% de todos los testeos que se hacen es Covid positivo y la gran mayoría no lo es. Quiere decir que testean a todo el mundo entonces está bien comprobado, se sabe dónde se encuentran las personas enfermas, se puede actuar con metodologías preventivas y de aislamiento para impedir la diseminación, etc. Eso no existe. Entonces estamos llegando a este intríngulis, donde se duplican las muertes por mes y donde no se avizora un final.

Ahora pareciera que hay una estabilización y ligera tendencia a la baja pero desde niveles muy elevados en el AMBA que es el núcleo pero es evidente que ahora el centro de gravedad de la epidemia está migrando hacia el interior y tenemos a Santa Fe con Rosario con 1.000 contagiados diarios, Córdoba, Mendoza, Salta, y el Valle de Río Negro.

En Argentina se liberan las actividades sin considerar los parámetros recomendados por la OMS

 

M.H.: Rosario y Mendoza que prácticamente no habían tenido casos al comienzo, inclusive en el caso de Mendoza había habido una apertura importante. ¿Cómo van a impactar estas medidas que se van a tomar en CABA, entre otras, una que ha sido motivo de gran polémica que es la vuelta a clases?

R.S.: Ese es un problema, que los chicos vuelvan a clases implica una liberalización del aislamiento que no va acompañado con las medidas que hay. Porque hay protocolos internacionales para medir los aislamientos. La OMS da recomendaciones, lo liga a la cantidad de testeados positivos. Cuando se logra bajar de determinada cantidad que ya está calculada por métodos científicos por los epidemiólogos y que siempre pueden ser modificadas, obviamente porque es ciencia. Eso no se cumple, acá en Argentina se libera sin tener en consideración los parámetros recomendados por la OMS, se libera de acuerdo a los criterios que el gobierno nacional, de la Provincia, de la Capital y de las provincias del interior creen que es conveniente de acuerdo a los parámetros económicos, no los científicos.

Entonces tenés un ejemplo como el de Mendoza donde el propio gobernador dice que no va a acatar las nuevas normas de aislamiento. Y estamos en una situación en la que aparece un cansancio muy grande porque después de 200 días de aislamiento, que con entusiasmo fue cumplido al menos los primeros meses, nos encontramos con que no hay una luz al final del túnel.

Es un problema ante el que el gobierno tiene que actuar, lo que pasa es que quieren actuar sin gastar un centavo y eso no es posible, y eso no existe, si uno quiere actuar en el ámbito de la salud tiene que crear financiamiento para generar los fondos necesarios. Y de dónde sacás la plata son decisiones políticas. Por eso siempre sostuve que la resolución del tema de la pandemia, la acción para resolverla se dirime en el campo de la política y no en el de los epidemiólogos que ya dijeron todo lo que la ciencia dice.

Ahora faltan las decisiones políticas para hacerlas y las decisiones políticas que toman los gobiernos van en contra de lo que indica la ciencia, que no es solo aislamiento como algunos dicen maliciosamente, es aislamiento más intervención activa de la circulación del virus para tomar medidas sectoriales que frenen su desarrollo.

M.H.: Llama la atención que los grandes medios antigubernamentales como Clarín y La Nación no toman este como un tema de crítica hacia el gobierno de Alberto Fernández. Porque evidentemente si nosotros hacemos un análisis de lo que está pasando vemos que la política adoptada ha concluido en un gran fracaso, nuestro país es el 5° con más cantidad de contagios y muertes a nivel mundial cuando en algún momento éramos ejemplo en el mundo. Y no veo en las tapas de los grandes medios formadores de opinión que este tema esté reflejado, indudablemente eso tiene que ver con algo que dijiste, por razones que apuntan a intereses de tipo económico. ¿Querés agregar algo?

R.S.: Ya que hablás de las coincidencias entre la oposición y el oficialismo, quiero señalar que hay momentos en los que no hay grieta, uno es el que acabás de señalar. Lo que le critican al gobierno es que mantiene algunas medidas simbólicas de aislamiento. Ya prácticamente nada. Porque la política del gobierno no es el aislamiento sino levantarlo.

Y el otro elemento que hace desaparecer la grieta es lo que pasó entre la noche del 7 al 8 en el Congreso de la Nación donde votaron los tres grandes partidos de la oposición, los peronistas, los radicales y el PRO o Cambiemos, votaron juntos, con la única excepción del FIT, una ley escandalosa que le da todo tipo de garantías a los laboratorios internacionales y les perdona impuestos, deudas, hacerse cargo de los problemas que pueda generar el uso de la vacuna, violando toda la tradición en ese sentido.

Es una ley escandalosa al servicio de los laboratorios internacionales. Que por otra parte viene a completar lo que venimos denunciando desde marzo que es la política que recomienda Bill Gates en nombre de la industria farmacéutica de la que forma parte.

Él decía que la industria farmacéutica no iba a formar parte ni invertir en vacunas porque no daba ganancias suficientes, entonces no era atractivo. Entonces decía que para hacer vacunas los gobiernos tenían que poner plata en la industria farmacéutica, cosa que efectivamente Donald Trump hizo antes de que se cumpliera un mes de esto que estoy diciendo y no solo financiar las investigaciones y la producción sino que además los gobiernos debían comprar la producción de vacunas.

En el caso de Atrazeneca y la Universidad de Oxford, esa vacuna llamada “Oxford” ya tienen comprometidas 3.000 millones de dosis en todo el mundo. Parte de las cuales va a producir un multimillonario argentino amigo del gobierno que ya hizo negocios en la época de Cristina y vuelve ahora. Representante de ese multimillonario, el Diputado Pablo Yedlin, ex secretario de salud de Tucumán, hombre de Manzur, es el autor intelectual de esta ley que perdona a los laboratorios internacionales, entre ellos a los socios de su amigo Sigman, que es también amigo del gobierno. Ahí no hay más grieta. Porque esto es para proteger a las multinacionales con una ley escandalosa que no debiera haberse aprobado nunca y que tenemos que condenar firmemente.

 
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