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Malvinas Hoy  

“Tenemos que darnos una política de Estado frente a un actor como Gran Bretaña que actúa en el Atlántico Sur con un nivel de impunidad alarmante”, dijo Gustavo Lahoud, Magister en Defensa Nacional, Escuela de Defensa Nacional en esta entrevista realizada por el periodista Mario Hernandez

 

Mario Hernandez: Gustavo, quiero que nos cuentes la actualidad de Malvinas.

Gustavo Lahoud: A 40 años lo primero que te podría decir es que falta una profundidad estratégica en el pensamiento y en la acción política en torno a las Malvinas. Yo te diría que esa falta de profundidad estratégica tiene varios ejes. Uno, en primer lugar, es una falta de mirada sobre la relevancia de los intereses marítimos y la cuestión de liberación continuada y la cortina de hechos consumados de los británicos que las Malvinas tienen en comparación con la Antártida.

Ligado a eso, la falta de visión ligada a la relevancia del territorio como Tierra del Fuego y la Patagonia debieran tener, teniendo en cuenta que tenemos una plataforma continental de más de 6.500.000 km², es decir, el 63% de nuestro territorio marítimo y nuestro centro neurálgico del territorio continental marítimo es Tierra del Fuego, es Ushuaia.

En tercer lugar, Ushuaia debería ser la cabeza de punta del establecimiento de un gran polo logístico, naval, mercantil ligado a la proyección hacia nuestro Atlántico sur y hacia nuestra Antártida.

En cuarto lugar, esta falta de profundidad estratégica de la que hablaba tendría que poder instalar que la Argentina necesita una política fluvial marítima activa, la reinstalación del canal Magdalena prioritariamente como un eje de trabajo relevante para salir de esta dinámica en que estamos metidos con la cuestión de la Hidrovía, que ya sabemos qué tipo de complejidades nos pone por delante.

Además, más allá de todo esto que te comenté, necesitamos tener conciencia del acuerdo británico después de 40 años. Ellos hace más de 30 años que están encarando un perfeccionamiento de su proceso de consolidación y control del Atlántico hacia la Antártida, tienen la participación de un gran apoyo logístico, permanente y estratégico internacional que es el Comando Sur de EE UU, además han ampliado con un puerto de aguas profundas que va a estar activo a comienzos del 2024 en nuestro puerto Malvinas, y en el Monte Agradable han construido una base muy compleja con sistemas que permitirían detener cualquier tipo de ataque misilístico y también sistemas de radarización que dan un control muy importante, que está al día con lo que es la política marítima británica.

Los últimos años el programa de ellos, que se llama pomposamente ‘Gran Bretaña Global’, hace del Atlántico sur y en la presencia en el Indo-Pacífico áreas de despliegue centrales de los británicos, tratando de fortalecer su marina de guerra y su intento de encarar acuerdos comerciales de distinto tipo con países afines.

Por último, tenemos que rescatar una estrategia con Brasil y Chile, porque ellos están mirando recientemente hacia la cooperación chilena, brasilera y también uruguaya, que es la que han tenido los últimos años con distintos tipos de apoyo a sus propias actividades. Desde los vuelos aéreos, hasta los apoyos logísticos, de aprovisionamiento de naves y buques. Esto es muy serio. Esto genera un panorama muy grave y ante la asunción del presidente Boric en Chile, creo que debiéramos mirar para deconstruir ese mapa entre Chile y Argentina de cara a la Antártida, sabiendo que Gran Bretaña opera con relación a la Antártida desde nuestras propias áreas de soberanía, que nosotros hemos proyectado y delimitado.

La Argentina es el primer país que delimitó soberanía antes de la existencia del tratado en 1904. El país pionero con presencia en la Antártida, eso cabe recordarlo, ¿no?, más que centenario. Anterior ya a Gran Bretaña, que su presencia es de 1908 y la chilena de 1940 te diría. En cuanto al reclamo de soberanía previo al Tratado antártico.

El problema que uno está describiendo es muy complejo, y no está a la altura de la falta de debate serio, y digamos que lamentablemente es solamente puesto por algunos asistentes, algunos gremios, otras personalidades como César Lerena, que denuncia permanentemente todo lo vinculado a la pesca ilegal, que es el gran negocio que en más de tres décadas ha profundizado y devastado nuestro caladero.

¿Cuánto se han llevado? En volumen y en precio en más de 30 años. Por último te lo diría como telón de fondo, de la mano del regalo que nos dejó Macri, hay permisos de exploración que tienen a varias empresas británicas incorporadas como actores centrales en el proceso, como British Petroleum, es serio el panorama.

Sobre esto no se ha actuado, al contrario, creo que en el contexto con la charla con el FMI y me parece que hay una decisión de no hacer olas respecto de ese tipo de presencia, cuando era algo que Argentina debía denunciar inmediatamente al juez del último episodio, todavía no esclarecido de la destrucción de nuestra única nave submarina, el ARA San Juan, que por las razones que fueren nos dejó sin piernas y sin brazos, te podría decir, en el Atlántico sur. Porque la presencia submarina es relevante para un frente marítimo como el que tenemos nosotros, para complementarlo con buques de superficie y complementar las tareas de vigilancia y control de forma adecuada.

M.H: ¿Qué acuerdos hay vigentes en la actualidad?

G.L: Mirá, ¿viste cuando se habla de los Acuerdos de Madrid? En realidad, los Acuerdos de Madrid son entendimientos posteriores al escenario de guerra, realizados entre los años 1989 y 1990, durante la administración de Menem. Lo que permitieron fue viabilizar o facilitar los intereses británicos en lo que hace al control real sobre la operación en la zona del Atlántico sur. Fijate que ese tipo de acuerdos quedaron en una nebulosa porque nunca tuvieron tratamiento parlamentario como hubiera ocurrido con un tipo normativo de tratado, por ejemplo. Con lo cual ahí hay una primera situación, sí existen en lo tácito y es lo que generalmente se corresponde con una situación de armisticio, digamos luego de la rendición de la Argentina en el teatro de operaciones, y que después de sus primeros años le permitió a Gran Bretaña encarar toda su política de despliegue naval y de explotación ilegal de las pesqueras y de aumento de su presencia en las zonas económicas exclusivas de las Islas, donde dominan de 1.600.000 a 1.800.000 km².

Todo esto lo ha logrado en 30 años, en torno a las Malvinas, Georgias y Sandwich del sur. Esta es la gravedad del asunto. Esos acuerdos nunca tuvieron tratamiento parlamentario ni fueron tratados seriamente como una política de estado para ser adecuadamente rechazados por la gente y denunciados en términos de lo que fueron. Fue una obsesión política de soberanía que se complementó muchos años después con los acuerdos Foradori-Duncan, realizados en septiembre de 2016, entre la administración de Macri y de Cameron en el Reino Unido.

Se trataba de una declaración que tenía como objetivo facilitar el acercamiento económico-comercial entre ambos países. En el contexto de la presencia del conflicto por la soberanía vigente. Además, tenés una Ley de inversiones extranjera, un típico tratado bilateral de inversión, que fue aprobado durante el menemismo, que protege las inversiones británicas, que es uno de los principales documentos normativos realmente existentes en nuestro derecho interno, pero en lo que hace a la realidad estratégica de la cuestión, tanto  Foradori-Duncan como los llamados Acuerdos de Madrid son en realidad, realidades tácitas impuestas por la estrategia británica sobre Argentina.

M.H: Tenemos 3 bases inglesas en Malvinas, digamos un control sobre el Atlántico, el Atlántico sur y el Océano Indico, ¿qué política debería nuestro país tener al respecto?.

G.L: En primer lugar, fortalecer Ushuaia en torno a la creación de un polo logístico-portuario con proyección hacia la Antártida, que refuerce nuestra presencia y nuestras bases de investigación científica. Junto con ello, lo que ha lanzado el ministro de Defensa muy abiertamente a fines del año pasado, y que se ha avanzado bastante, es el Comando marítimo conjunto que tiene cabeza en cuanto al manejo operacional de la Armada argentina y que implica poder avanzar en el patrullaje y en el control en el acceso a nuestro mar para garantizar nuestra presencia y que se inscribe en un marco de recuperación de medios, de capacidades. Una de las cuales tiene que ser rápidamente recuperar capacidad submarina, porque luego de lo del ARA San Juan, nosotros no tenemos presencia submarina en nuestro frente marítimo.

Por otro lado, habría que avanzar en un control mucho más firme de las pesquerías, para eso se está incorporando capacidad de patrullaje oceánico, a través de los patrulleros oceánicos OPB que se compraron a Francia, que ya se está incorporando el cuarto. Ahí tienen que trabajar la Prefectura y la Armada de manera mucho más clara, esa es la idea que aparece en el Comando marítimo conjunto.

Pero, además, también pasa en la milla 200 con las pesquerías chinas, coreanas y españolas, es uno de los graves problemas detrás de cualquier tipo de planteo serio. Vos fijate que tenemos situaciones diplomáticas sensibles, China apoya diplomáticamente nuestro reclamo territorial, pero a la vez a través de las distintas empresas es uno de los grandes beneficiarios de los permisos pesqueros, tanto por empresas argentinas patagónicas como por el ideal e ilegítimo gobierno que hay sobre nuestras Islas.

En el caso de la UE, la flota gallega, fundamentalmente española, es uno de los grandes centros de acopio y de recepción de pesquería de los argentinos, más todo lo que se descarta, más lo que no sabemos por la ausencia de control y la necesidad que plantea el Comando marítimo conjunto de avanzar en un control aeroespacial y satelital complejo permanente de toda la zona económica exclusiva y han delimitado límites donde se producen generalmente la devastación de otras pesquerías y es otro de los aspectos que te diría resulta fundamental.

Finalmente, discutir seriamente, ¿vamos hacia una explotación hidrocarburífera en aguas profundas, en nuestras cuencas? En la Cuenca argentina norte, en las costas de Mar del Plata, en la cuenca Malvinas oeste, donde hemos dado esos permisos de exploración durante el último gobierno de Macri. ¿Esas son las salidas viables para la Argentina en el contexto que estamos viviendo? Cuando habría mucho por hacer para asegurar nuestra disponibilidad energética en el territorio y poniendo ahí esa dinámica cómo una empresa objetiva, como es el comentario del mercado, entonces eso es lo último que dejaría como aspecto a considerar en donde me parece que Argentina debería revertir lo que se ha hecho este tiempo. ¿No? Respecto a la cuestión hidrocarburífera.

M.H: Bien Gustavo, muchas gracias.

G.L: Mario querido, cómo siempre gracias a vos. Un saludo a todos los oyentes. Y bueno, el recuerdo de estos últimos 40 años que sirva para que nuestros hombres que han dejado lealmente su vida en nuestro suelo, hoy los tengamos realmente en una memoria permanente, sabiendo que tenemos que actuar de un modo que esté a la altura de esos acontecimientos. Más allá de quiénes condujeron la guerra, nosotros somos parte de una memoria, de una causa que sigue estando vigente y como tal tenemos que darnos de una vez por todas una política de Estado frente a un actor como Gran Bretaña que actúa en el Atlántico Sur con un nivel de impunidad alarmante.

 
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