Red Eco Alternativo ***

Darío y Maxi están donde la vida se construye

La sangre derramada, las voces silenciadas, continúan gritando, y suben con el humo en el clamor popular. Aunque las pantallas muestren a los dueños de ayer y de hoy, a los verdugos y a sus voceros, a sus escuadrones y sus perros de presa, y todo su mundo de cartón, la sangre grita.
Grita contra el hambre, el dolor y la injusticia. Golpea como piedras sobre el techo del rancho donde se fraguan las mentiras, donde se cocina el sucio guiso del silencio, de la impunidad.
La sangre late aun, fluye por las calles, por donde respira la memoria. Y los cantos populares, suben en la noche, pidiendo desesperados, por la justicia amordazada.
Las voces de Darío y Maxi, desterrados de este mundo por los carceleros de la vida, por los escuderos de la muerte, gritan fuerte, por los olvidados de ayer, y por los de hoy. Gritan por los 30.000, gritan por los de Salta y de Neuquén, por Julio, por Carlos, por Luciano, por todos los que caen en silencio.
Ayer y hoy, la lucha es la misma, porque la impunidad es la misma, los dolores son los mismos, los verdugos son los mismos.
Justicia para Maxi y Darío. Justicia para Carlos Fuentealba. Aparición con vida de Julio López y Luciano Arruga.

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"Mientras desovillo la memoria, se irá ovillando la esperanza. Siempre es el mismo hilo”.

Mario Benedetti

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Junio

de Jorge Fandemole


Lo que va a pasar hoy pasó hace tanto

me desperté diciendo esta mañana,

no vi las predicciones del espanto

que le arrancaba al sueño mi palabra.

En este invierno que pega tan duro

está lejos tu boca que me ama

y se me desdibuja en el futuro,

y junio me arde rojo aquí en la espalda.

(...)

Para escuchar la canción:

{audio}http://www.redeco.com.ar/Documentos/junio.mp3{/audio}

Para bajar: junio.mp3

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 Foto: Anred Sur

Darío y Maxi están donde la vida se construye

 

La sangre derramada, las voces silenciadas, continúan gritando, y suben con el humo en el clamor popular. Aunque las pantallas muestren a los dueños de ayer y de hoy, a los verdugos y a sus voceros, a sus escuadrones y sus perros de presa, y todo su mundo de cartón, la sangre grita.
Grita contra el hambre, el dolor y la injusticia. Golpea como piedras sobre el techo del rancho donde se fraguan las mentiras, donde se cocina el sucio guiso del silencio, de la impunidad.
La sangre late aun, fluye por las calles, por donde respira la memoria. Y los cantos populares, suben en la noche, pidiendo desesperados, por la justicia amordazada.
Las voces de Darío y Maxi, desterrados de este mundo por los carceleros de la vida, por los escuderos de la muerte, gritan fuerte, por los olvidados de ayer, y por los de hoy. Gritan por los 30.000, gritan por los de Salta y de Neuquén, por Julio, por Carlos, por Luciano, por todos los que caen en silencio.
Ayer y hoy, la lucha es la misma, porque la impunidad es la misma, los dolores son los mismos, los verdugos son los mismos.
Justicia para Maxi y Darío. Justicia para Carlos Fuentealba. Aparición con vida de Julio López y Luciano Arruga.

 

Red Eco – Junio de 2009

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Crónica


Eran las primeras horas de la tarde del jueves 25 de junio cuando imagen  y sonido comenzaron a invadir sin pausa no sólo la estación de tren “Maxi y Darío” (nunca más estación Avellaneda) sino los múltiples sitios en internet que retransmitían los testimonios de compañeros de Darío y Maxi, los discursos desde el escenario montado a metros del puente y la marcha y la vigila en el puente Pueyrredón.  Dario y Maxi son una expresión de lucha y solidaridad y en las jornadas del 25 y 26 estuvieron presentes compañeros que protagonizan hoy diferentes luchas sociales, sindicales y laborales. Ellos estuvieron también, dando su testimonio
La Red Nacional de Medios Alternativos (RNMA) junto a una veintena de medios alternativos sumamos  voluntades y acción en la estación, a pocas horas de cumplirse 7 años de la Masacre de Avellaneda. Aquel 26 de junio de 2002, como consecuencia de la impresionante represión ordenada por el poder político de turno al movimiento piquetero, la policía asesinó a Darío Santillán y Maximiliano Kosteki.
Toda la actividad cultural desplegada en la calle, en el patio, en los pasillos y en uno de los andenes de la estación, fue el marco que rodeó a las casi 24 horas de transmisión en la que interactuamos artistas y comunicadores: colores, sonidos, voces, imágenes, se mezclaron para dar testimonio de que el arte y la comunicación son trincheras de lucha.

La transmisión de la TV y de la radio se realizó durante 20 horas ininterrumpidas. Allí estuvimos los medios que integramos la RNMA (Antena Negra TV, La Colectiva, Red Eco Alternativo, Centro de Producciones Radiofónicas, Radio Viga, Agencia Walsh, FM Sur, UMM ) junto a Fm La Tribu, Indymedia Buenos Aires,  el Centro de Estudiantes del  IDAC, entre otros.  Además sumaron su aporte otros medios de la RNMA desde diversas provincias: Organización y Resistencia desde Neuquén en plena preparación de la marcha para le 26;  Indymedia Córdoba comentando el conflicto de la fábrica de parabrisas CIVE tomada desde marzo por sus trabajadores;  Contrapunto desde Tucumán en el marco del lanzamiento de un libro sobre el zapatismo  y de la preparación de la marcha del 26 en la provincia.
Todos los formatos radiales y todas las imágenes por la TV intentaron mostrar que Darío y Maxi siguen acá, están con nosotros. Porque pudimos escuchar sus voces dando testimonios durante aquellos años, porque pudimos sentir la onda tristeza de Vanina Kosteki, hermana de Maxi, la de Alberto Santillán, papá de Darío. Porque pasaron por la transmisión compañeros de militancia de entonces pero también los que siguen construyendo en el mismo camino.

Hicimos memoria de aquel trágico 26: los reclamos de aquella jornada, el papel de los medios del poder para preparar la justificación de la represión, la complicidades y responsabilidades políticas con nombres y apellidos que siguen resonando en la política actual, el trabajo de los medios alternativos para correr la mentira de que “Los piqueteros se mataron entre ellos” y mostrar los rostros y voces de los verdaderos asesinos.
Pero la transmisión fue también el HOY de esa lucha. Por eso hubo presencia y reportajes a trabajadores de fábricas recuperadas, a protagonistas de luchas sindicales, a militantes barriales y sus proyectos de trabajos territoriales, a las luchas de los estudiantes, y las distintas manifestaciones de cultura que se fueron desarrollando en la estación.
Todo esto fue posible por la suma de voluntades. Por el esfuerzo colectivo de manos, cabezas y sobre todo corazones. Esa fue la combinación infalible. Los medios alternativos demostramos una vez más, como aquel 26 de junio, que nuestros medios son populares,  alternativos,  de contrainformación porque son parte del pueblo y su lucha, porque construyen junto al pueblo la memoria activa.
Los medios del poder tiene el doble objetivo de silenciar y criminalizar las luchas populares. En contrapartida, atenuar y esconder las profundas desigualdades que genera el sistema capitalista.

Nos cabe a nosotros, los medios populares, poner nuestros ojos y nuestras voces junto a los protagonistas de las tomas de fábricas, los asambleístas contra la minería a cielo abierto, los trabajadores contra las burocracias sindicales, para de esta manera desenmascarar al poder que asesina, al poder que miente, al poder que excluye y hambrea al pueblo que intenta construir su propio poder.

Red Eco – Junio de 2009

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Las fronteras en la educación popular:
Darío Santillán, Maxi Kosteki y la pedagogía del ejemplo

Extracto de una nota escrita por Claudia Korol  ( Pañuelos en Rebeldía)

 

Muchas veces pensé en esos minutos en los que Darío, rodeado de policías, no corrió, sino que se quedó arrodillado acompañando a Maxi. Pensé en esa hermandad de los caídos, que sin conocerse casi, se saben acompañándose, frente a un poder que excluye, mata, y desintegra voluntades. Darío con la rodilla en el piso frío de la estación, junto a Maxi desangrándose. Darío dando la mano al compañero y la espalda a la bala…
Pedagogía del acompañamiento, de la coherencia. De esos gestos se forman los cuerpos colectivos con capacidad de resistencia y de desafío. Cuerpos que sienten y piensan, piensan y sienten entonadamente, donde la palabra y el acto no desafinan.
Lo que aprendí y aprehendí en esa clase, es la posibilidad de extender esta pedagogía del ejemplo a la hora de asumir los desafíos actuales de los movimientos populares. Pensar el gesto de Darío, no sólo como un gesto individual conmovedor, sino también como una manera de definir el lugar posible de las organizaciones populares en este tiempo.
Opción preferencial por los pobres, lo llama la teología de la liberación.. Pedagogía del oprimido, lo llamó Paulo Freire. “Con los pobres de la tierra, quiero yo mi suerte echar”, escribió José Martí. Y el Che insistía en que “no se trataba de desearle suerte al agredido, sino de correr su propia suerte”.
Pedagogía del ejemplo, le dicen los compas del Movimiento Sin Tierra del Brasil. En el andar zapatista, “caminar al ritmo del más lento”, el “para todos todo, nada para nosotros”.
A veces la pedagogía popular exige no correr ni caminar. Quedarse junto al caído. Hasta que el último se levante. No dejar a nadie tendido, en las vueltas de la historia. “Que no haya soledad”, dijo Silvio.
Y con esa fuerza que nos da la mano en la mano del compañero, aún del que se encuentra más jodido, encontrar el sentido último pero también el primero de nuestros movimientos. Ese sentido que se transmite en mensajes inconclusos, incomprensibles para el poder, escritos en clave de pueblo, como lo hacían Maxi y los chicos de Guernica.
La creación del hombre nuevo, de la nueva mujer, de las nuevas organizaciones, de la nueva sociedad, se realizan precisamente en el instante en que negamos, no sólo con palabras, sino fundamentalmente con actos, hasta el último gesto de capitalismo que nos habita y nos corrompe, que nos disocia y mata. Darío despreciando al poder, tendiendo la mano al compañero caído. En esa línea que se dibujó en el aire entre la bala y su cuerpo, quedó marcada una frontera, que tal vez pueda ayudarnos a ubicar, de qué lado estamos.

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 Fotos: Ines Farina de Los Locos de Buenos Aires
 
 
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