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- Categoría: Opinión
- Publicado: Jueves 18 de Octubre de 2012
¿Cuál es el sentido de aquellos planes de evaluación docente masivos cuyos resultados, o bien muestran que todo funciona bárbaro y que sólo hay algunos pocos compañeros “descarriados”? ¿Cuáles son los criterios con los cuales se construyen estas técnicas de evaluación y en qué medida sus resultados permiten permear nuestras prácticas en un sentido transformador? Para no poner el carro delante del caballo nos parece importante que podamos darnos un debate acerca del sentido de las evaluaciones docentes. Comencemos por revisar las últimas señales del gobierno porteño.
La presente nota es producto de debates en la Comisión de Educación de Ademys. Por Cecilia Acevedo - Carolina Flores - Laura Marrone Evaluación docente… de vuelta a los ´90