Escuela fumigada en San Antonio de Areco
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- Categoría: Ambiente
- Publicado: Jueves 15 de Octubre de 2015
El pasado lunes 5 de octubre, la Escuela N°11 José Manuel Estrada, ubicada a 20 kilómetros del casco urbano de San Antonio de Areco (provincia de Buenos Aires), fue fumigada nuevamente, en horario escolar e incumpliendo los requisitos básicos establecidos por la normativa vigente en el lugar. En la emisión del martes 13 de octubre de Enredando las mañanas, entrevistamos a la directora de ese establecimiento, Ana Zabaloy, quien denunció: “usan sustancias muy fuertes que en otros países se han prohibido y que estén en el patio de la escuela es preocupante”.
“El lunes (5 de octubre) salimos al patio, nos sentamos en las hamacas, y vimos un mosquito (máquinas que se utilizan para fumigar) fumigando, cruzando la calle de la escuela, a unos 30 metros. El mosquito iba dando toda una vuelta alrededor del terreno y en ese momento estaba pasando enfrente a la escuela. Algo que ya nos ha pasado en otras ocasiones”, explicó Ana Zavaloy, directora de la Escuela N°11 de San Antonio de Areco, en el inicio de la entrevista con Enredando las mañanas.
Esta situación no cumple con ninguna de las reglamentaciones vigentes desde el año pasado en la localidad bonaerense, que indican que se debe respetar una distancia de 100 metros para efectuar una fumigación: “100 metros es nada, pero en este caso además era menos todavía. Aparte no lo pueden hacer en horario escolar y tienen que avisar a la escuela con 48 horas de anticipación, y en realidad no hacen nada de eso, a veces algunos avisan, dejan la nota en inspección pero a la escuela nunca se presentan a avisar. Y cuando la escuela está cerrada es muy difícil saber qué es lo que realmente echan, pero yo me doy cuenta por los rastros que deja la fumigación. Ahora mismo estoy mirando hacia el campo y veo que cruzando la calle han fumigado con round up o alguno de estos productos, donde la tierra queda arrasada, todo marrón, porque se nota hasta dónde fumigaron por más que en la nota indiquen que van a respetar los 100 metros. Por eso el otro día cuando vinieron las inspectoras de Medio Ambiente a levantar esta denuncia les pedí también que tomaran foto y nota de esta otra contravención, porque si bien en ese momento no estaba fumigando el mosquito es alevoso que no respetaron los 100 metros. Están los rastros. La impunidad es grosera porque queda en evidencia hasta dónde fumigaron, entonces es tragicómico que presenten notas diciendo que van a respetar la distancia”, expresó Zabaloy.
La Escuela José Manuel Estrada se encuentra rodeada de campos sembrados: “a partir de las denuncias que yo hice el año pasado, solo uno de los vecinos decidió hacer una franja bastante amplia, sembró pastura y trajo ganado, lo cual dentro de todo es un logro. Pero tenemos estos otros ‘buenos vecinos’ que siguen fumigando y sembrando soja hasta el borde de la calle, y la calle está a 10 metros de la escuela. Otra situación es que las denuncias que se hacen en las actas pasan a la jueza de faltas, pero acá hay una jueza de faltas amiga de los señores del campo que no pasa las multas y esto queda cajoneado. Eso también ayuda a la impunidad”, señaló la directora de la escuela.
En diálogo con ELM, Ana Zabaloy relató que el año pasado se produjo una primera fumigación en el terreno que está prácticamente pegado al alambrado de la escuela: “nos fumigaron a las 9.30 de la mañana con 2-4-D, que es el llamado agente naranja de Vietnam, con el que el Ejército norteamericano hacía las fumigaciones sobre las selvas vietnamitas. Es un herbicida terriblemente potente y terriblemente neurotóxico. En esa ocasión, lo aspiré accidentalmente, porque yo trataba de salir a ver cuándo este hombre que fumigaba paraba para ir a interceptarlo, estuvo como una hora fumigando y después cuando cruzó la calle hacia otro terreno ahí pude hablar con él, pero la inhalación de ese producto me produjo un adormecimiento en la cara durante 15 días. A partir de esa denuncia, se generó esto de volver a discutir la normativa, hubo algunas movidas a nivel de medios, discusión entre los concejales pero después todo quedó un poco en que está la normativa, pero en definitiva el tema es el cumplimiento”.
Zabaloy contó que ante esa primera fumigación le pidió al Consejo Escolar que mandara a analizar el agua de la escuela: “si me llegó a mí, también pudo haber rociado el tanque de agua. Entonces mi postura fue que los chicos necesitaban agua segura y desde ahí siempre exigí agua envasada. Los chicos desde junio del año pasado toman agua envasada. Los análisis eran caros y no conseguí que alguien me apoyara para hacerlos, entonces empecé a moverme por fuera de Areco y me conecté con la gente de la Universidad de La Plata. Ellos vinieron en marzo de este año a hacer un estudio medioambiental muy completo, sacaron muestras del suelo del patio de la escuela, de donde juegan los chicos, tomaron muestras del agua del tanque y de agua de lluvia. Hallaron 7 agroquímicos diferentes en el terreno de la escuela, lo cual hace que todo esto que venimos reclamando tenga un aval científico importante, realmente lo que fumigan nos llega acá y es gravísimo. Algunos de estos agroquímicos que se encontraron son muy fuertes y están prohibidos en otros países. Sabemos que lamentablemente en Argentina las normativas son muy laxas, se usa de todo y los agricultores hacen unos cocteles terribles. Usan sustancias muy fuertes que en otros países se han prohibido y que estén en el patio de la escuela es preocupante”.
A su vez, Zabaloy afirmó que los chicos no solo son fumigados en la escuela, sino también en sus casas: “ahí para la gente es más difícil denunciar porque no pueden denunciar a sus propios empleadores, porque al otro día están en la calle, de ahí la función muy importante de la escuela, de denunciar cuando hay que denunciar y de formar conciencia también, de poder trabajar estos temas con los chicos y con las familias”.
Al día siguiente de la charla con Enredando las mañanas, Ana Zabaloy iba a mantener una reunión con el Consejo Escolar y Medio Ambiente: “la verdad que costó mucho conseguirla –dijo al respecto–, porque uno manda notas y siempre dilatan en el tiempo, no hay respuestas concretas, yo estoy hace mucho tiempo esperando esta reunión para que nos pongamos cara a cara todos los que estamos involucrados en esto, por ejemplo Medio Ambiente, porque es el que tiene que controlar esto”.
En cuanto a su expectativa ante este encuentro, Zabaloy manifestó: “espero que esto se tome de una forma preventiva también para todas las escuelas. Desde el año pasado estoy pidiendo que la normativa se ponga en tratamiento con todas las escuelas rurales, pero lamento tener que decir que soy la única que denuncia y sé que estos cultivos de soja al borde de las escuelas están también en otras escuelas, del distrito pero también de toda la provincia y de todo el país. Esto debe tratarse de manera más general para que se pueda trabajar con los vecinos cercanos a las escuelas, que se pueda poner más firme con la supervisión de las fumigaciones, que el Consejo Escolar, Medio Ambiente, todos, sean mucho más exigentes a la hora de ver esto de las notificaciones, cómo están hechas, si se cumplen o no, creo que es un primer paso para luchar en realidad contra un modelo agronómico que nos está envenenando. El otro día, uno de mis alumnos reflexionando sobre esto decía ‘yo creo que lo que tienen que hacer es no fumigar más’, y otra de mis alumnas, el día que tuvimos que meternos adentro de la escuela cuando íbamos a trabajar en un jardín que estamos haciendo de plantas autóctonas, decía ‘estos señores no entienden que los chicos tienen que estar aprendiendo tranquilos en la escuela’. A veces los chicos tienen evidentemente más criterio que los adultos”.
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