COP 29: otro fracaso de la diplomacia ambiental y un retroceso histórico para Argentina
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- Categoría: Ambiente
- Publicado: Viernes 29 de Noviembre de 2024
La nueva edición de la Conferencia de Cambio Climático resultó un fracaso en su objetivo de incrementar los fondos de los países desarrollados para la acción climática y abrió las puertas a las empresas para avanzar en falsas soluciones como los mercados de carbono. Las propuestas campesinas e indígenas quedaron de lado. Argentina retiró su delegación y marcó la agenda negacionista, a contramano de la región.
La edición 29 de la Conferencia de Cambio Climático de Naciones Unidas (COP29) emitió un documento final calificado como “fracaso” por parte de las organizaciones de la sociedad civil, por haber sellado un acuerdo de financiamiento de acción climática para los países subdesarrollados muy por debajo de lo solicitado. Las negociaciones sí resultaron un paso adelante para las empresas y Estados del Norte global que impulsan las “soluciones basadas en la naturaleza” y en “mercados de carbono”; dos formas de ampliar los negocios sin modificar el modelo de acumulación y explotación sobre el Sur global. La mirada campesina e indígena, la solución mediante el cuidado de la biodiversidad y la agroecología quedaron marginadas del debate.
Por su parte, el presidente Javier Milei dejó su marca al retirar a la delegación argentina de las negociaciones, en un hecho que las organizaciones socioambientales del país marcaron como “un retroceso histórico en materia de política ambiental y climática”. En un documento firmado por más de medio centenar de organizaciones socioambientales, le exigieron a la Casa Rosada “cumplir de manera plena con los compromisos asumidos tanto a nivel nacional como internacional con el Acuerdo de París, el cual ha sido ratificado mediante Ley Nº 27.270, y rechazamos cualquier intento o iniciativa que implique el apartamiento del mismo”.
La COP 29 se desarrolló en Bakú, capital de Azerbaiyán. Por ser anfitrión, el país asiático presidió las negociaciones. La organización Amigos de la Tierra denunció que el cierre de la COP 29 resultó “un acuerdo ‘in extremis’, bajo la presidencia azerí que ha hecho halago de una falta de democracia imperante desde el primer día, con el beneplácito de los países del Norte Global”. Y agregó: “resulta inadmisible que los mismos países que se han opuesto a una financiación acorde a las necesidades de los países del sur global y a las responsabilidades diferenciadas, están alimentando el genocidio en Palestina, con un gasto militar exacerbado”.
Para la Campaña Global ‘Demandando Justicia Climática’, “los países desarrollados han demostrado que prefieren financiar guerras, conflictos, genocidios y subsidiar combustibles fósiles antes que proveer el urgente dinero para el clima”.
Financiamiento en cuentagotas para los países subdesarrollados frente a la crisis climática
La COP 29, que finalizó oficialmente el sábado 23, había sido calificada como la de la “financiación climática”. El principal objetivo que se esperaba era alcanzar un acuerdo, entre los 200 países integrantes del Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático —creado en 1992—, sobre un Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG) que ampliara los 100 mil millones anuales que los países desarrollados —responsables del 80 por ciento de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI)— deben aportar para paliar los efectos de la crisis climática en los países subdesarrollados.
Desde el Acuerdo de París, en 2015, la base de financiamiento para la acción climática es de 100 mil millones de dólares anuales y, en Bakú, la expectativa de los países subdesarrollados, en particular los de América Latina y África, era multiplicarlo diez veces; para alcanzar la cifra de 1,3 billones de dólares. La cifra, según datos del Fondo Monetario Internacional, coincide con las subvenciones a la producción y el consumo que tuvieron los combustibles fósiles en 2022.
Sin embargo, el acuerdo alcanzado en el documento final fue de 300 mil millones anuales para 2035, con el objetivo de “hacer esfuerzos” para llegar a los 1,3 billones. La COP 29 debía finalizar el viernes 22, pero los negociaciones se extendieron porque los países desarrollados habían ofrecido primero 200 mil millones y luego ascendieron a 250 mil millones; hasta llegar al acuerdo final de 300 mil millones anuales, sin asegurar que se contará con ese monto a partir del año próximo, sino hasta 2035.
La reacción más compartida por los negociadores de los distintos países del Sur global la dio el Diego Pacheco, delegado de Bolivia: “¿Es un chiste?”, lamentó al conocer las cifras en danza para el que había sido señalado como el principal objetivo de la conferencia y la reacción se transformó en meme entre los negociadores de la conferencia, según reportaron PxP y la agencia IPS. Carola Mejía, coordinadora de justicia climática de la Red Latinoamericana por la Justicia Económica y Social (Latinidadd), graficó otro punto crítico del acuerdo: “Para muchos países vulnerables, esperar hasta 2035 podría significar la diferencia entre supervivencia y devastación”.
“Fracaso”, “débil”, “míope”, “desilusión” fueron algunos de los calificativos de las organizaciones de la sociedad civil tras la firma del documento final en el estadio Olímpico de Bakú. “Es como aceptar que a alguien que necesita un depósito lleno de agua para sobrevivir, se le dé a cuentagotas y se la diga: ‘¡Buena suerte!’”, graficó Fred Njehu, estratega político panafricano de Greenpeace África, según reportó la agencia alemana DW.
Por su parte, la responsable de Política Climática de la argentina Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), Camila Mercure, sentenció: “Los países en desarrollo ya se enfrentan a los impactos de la crisis climática y no están en condiciones de hacer frente a las pérdidas y los daños, ni a las medidas de adaptación, sin una financiación de buena calidad y en cantidades adecuadas. Muchos países del Sur global ya están endeudados y no están en condiciones de financiar la adaptación a una crisis climática que ellos mismos no han provocado”.
Desde la organización Amigos de la Tierra, en el comunicado emitido tras conocer el documento final, sentenciaron: “El texto final destruye la noción de responsabilidad histórica de los grandes países contaminantes, pilar del Acuerdo de París, además de impulsar la financiación privada. Esta última endeudará todavía más a los países del Sur global, que quedan desamparados ante los efectos más devastadores de una crisis que no han provocado”, sentenció la organización Amigos de la Tierra en un comunicado al cierre del encuentro, al que calificó de “vergonzoso”.
En ese mismo tono, el jefe de la delegación de Greenpeace en la COP29, Jasper Inventor, calificó de “decepcionante” y un “fracaso” el resultado final, por lo que aseguró que “la gente está harta, desilusionada”. Sin embargo, sostuvo la expectativa de poder “corregir” las metas en la COP 30, que ocurrirá el año próximo en Belem, Brasil.
Las soluciones campesinas e indígenas, otra vez silenciadas en la COP 29
“El resultado final ha sido una puerta abierta de par en par a tecnologías arriesgadas y no probadas que no reducirán emisiones, sino que causarán estragos en las comunidades campesinas e indígenas con mayor impacto en la vida y cuerpos de las mujeres”, sentencia el comunicado de Amigos de la Tierra sobre el avance en mercados de carbono y otras soluciones “basadas en la naturaleza” sin escuchar los reclamos de las comunidades.
Como ejemplo, la organización ambiental señala que “la aprobación de los esquemas de compensación de carbono significa acaparamiento de tierras, expulsión las comunidades campesinas y pueblos indígenas, violación de derechos humanos, violencia de género, pérdida de biodiversidad y amenaza a la soberanía alimentaria”.
Desde PxP también señalaron esta “ausencia sin aviso” y subrayaron que la conferencia de la partes de Azerbaiyán pareció olvidar rápidamente los diálogos diplomáticos alcanzados en Colombia, durante la COP 16 de la Biodiversidad, que finalizó tan solo dos semanas antes. “La biodiversidad, la alimentación y los derechos de los pueblos indígenas están llamativamente ausentes en el texto. Una decisión difícil de entender en un año en que no sólo está habiendo negociaciones climáticas, aquí en Bakú, sino en que antes tuvo lugar la COP16 de Biodiversidad”, marcaron.
“En los últimos textos sobre el clima no se mencionan prácticamente los ecosistemas ni los sistemas alimentarios. Los sistemas alimentarios son casi un tercio de las emisiones, y la naturaleza podría ser el 40 por ciento de la solución de mitigación para 2030. No hay Acuerdo de París sin acción sobre la alimentación y la naturaleza,” apuntó Oscar Soria, director de Iniciativa Común, citado por PxP.
En esa línea, La Vía Campesina también hizo pie en la COP 29 para marcar posición y recordar las propuestas que desde el campesinado y las comunidades indígenas existen para hacer frente al cambio climático. “Para abordar la crisis climática de manera significativa, debe haber un cambio radical en cómo se organizan las políticas climáticas globales. Esto significa desmantelar el control corporativo de la agenda climática y asegurar que se escuchen y respeten las voces de los Pueblos Indígenas, los pequeños productores y otras comunidades marginadas”, denunciaron.
El pronunciamiento de la Vía Campesina no se queda solo en la denuncia sobre la diplomacia ambiental que favorece a los países del Norte global y las iniciativas empresariales, si no que recuerda: “Promovemos y practicamos la agroecología como un sistema agroalimentario sostenible capaz de producir alimentos saludables en armonía con la Madre Tierra para todas las personas, como una ciencia arraigada en el conocimiento ancestral y popular, como un movimiento social donde nos organizamos colectivamente con disciplina en la diversidad que nos reconoce, y como una forma de vida donde nos aseguramos de estar fundamentados en principios y valores que respetan los modos y leyes de la Naturaleza”.
Nota completa: https://agenciatierraviva.com.ar/cop-29-otro-fracaso-de-la-diplomacia-ambiental-y-un-retroceso-historico-para-argentina/