Nueva domiciliaria (no efectiva) para Miguel Etchecolatz
- Detalles
- Categoría: DDHH
- Publicado: Martes 13 de Noviembre de 2018
El Tribunal Oral Federal 1 de La Plata convalidó el beneficio obtenido por el represor en la causa por los delitos de lesa humanidad cometidos en el Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio de la Brigada de Investigaciones de Lanús con asiento en Avellaneda, conocido como “El Infierno”. Este fallo contradice el criterio tomado por Casación y la Corte Suprema. Red Eco Alternativo
(Red Eco) Argentina- El fallo difundido el 7 de noviembre pasado por el Tribunal, integrado por los jueces Germán Castelli, Alejandro Esmoris y Pablo Vega, convalida una decisión ya tomada por el mismo tribunal en agosto de 2016, pero que había sido revocada por Casación (que entre sus recomendaciones había manifestado que la edad no justifica la concesión automática del beneficio y que Etchecolatz podía continuar en cárcel común, con la atención médica adecuada) y que los magistrados platenses volvieron a revalidar en julio de 2017 tras realizarle estudios al genocida a través del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema.
En este fallo, Castelli señala que el genocida de “casi 90 años y graves patologías, crónicas, evolutivas y sin cura, que, a entender, por ejemplo, de los médicos de la unidad podrían dar lugar a un intempestivo desenlace mortal (…) reflejan, de manera descarnada, las muy altas probabilidades de que Etchecolatz fallezca en la cárcel. O, en otras palabras, purgue pena hasta la muerte”.
El magistrado Esmoris, en tanto, afirma que “las particulares condiciones de salud permiten aseverar que su mantención en un establecimiento penitenciario compromete su estado físico”; a pesar de que el informe del Cuerpo Médico Forense indica que el represor está “clínica y hemodinámicamente compensado en su estado de salud física con la medicación instituida”.
Por su parte, el juez Vega, que votó en disidencia, señala: “parece más que discutible sostener que (…) el interno en cuestión se encuentre más resguardado y contenido al cuidado de su mujer de 68 años, que en un centro hospitalario que le viene garantizando, incluso, llegar a los 90 años sin mayores complicaciones que las propia de la edad”.
Cabe recordar que Etchecolatz fue condenado por la apropiación de Carmen Gallo Sanz en la causa “Circuito Camps”, los homicidios de Marcelo Bettini y Luis Bearzi en la causa “Favero-Álvarez”, y en la causa por el CCD “Puente 12 – Güemes-Monte Grande”. Además está en juicio en la causa ‘Brigada de San Justo’, y a la espera del debate en las causas “Pozo de Quilmes”, “Pozo de Banfield”, residual de “Pozo de Arana” y por el secuestro y las torturas al ex diputado provincial del Frejuli Mario Medina, a su vez está imputado en el expediente 7421 que se encuentran en etapa de instrucción en el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N° 1 de Lomas de Zamora.
Según relataron desde HIJOS La Plata, “el año pasado el genocida había conseguido el beneficio en la mayoría de las causas en las que está involucrado. Lo hizo tras utilizar una huelga de hambre que empeoró su estado de salud para presionar a los jueces sobre la decisión a tomar. Así en un total de 13 causas obtuvo la domiciliaria en 4 y el cese de prisión preventiva en 6. En el verano de 2018 hizo efectiva la domiciliaria y pasó algunos días en su chalet del Bosque Peralta Ramos, pero tuvo que volver a prisión por acción de la movilización popular, de su propia faena violatoria de las condiciones del beneficio y por el fallo de la Sala 4 de Casación que en marzo de este año revocó la medida diciendo que su estado de salud no le impide permanecer alojado en un establecimiento penitenciario recibiendo la atención y los controles médicos adecuados”.
Desde el organismo de derechos humanos de La Plata advierten el otorgamiento masivo de domiciliarias, la decisión de hacer cesar las prisiones preventivas por efecto de la tardanza de la misma justicia, el comienzo de los otorgamientos de libertad condicional por las penas bajas dictadas a algunos represores y, tal como lo muestra el caso Etchecolatz, la relativización general de la pretensión punitiva que tienen estos procesos.
“Etchecolatz fue condenado en el primer juicio iniciado tras la anulación de las leyes de impunidad, donde fue desaparecido por segunda vez Jorge Julio López y donde todas las sospechas apuntan al propio Etchecolatz. Esa ambigüedad de justicia a medias con más impunidad atraviesa todo el proceso de los juicios a los genocidas en el país. Por eso decimos que esta situación debería hacer reflexionar sobre el peligro real que enfrenta la ejecución de condena en este tipo de procesos por crímenes gravísimos e imprescriptibles: ser una mera formalidad. Por ahora el símbolo de la represión de la Policía bonaerense en dictadura seguirá preso, pero no está dicha la última palabra”, concluyen desde HIJOS La Plata.