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El sistema de admisión a las universidades de élite de Estados Unidos está completamente amañado

Una investigación del FBI ha revelado que familias ricas están comprando a sus hijos una plaza en las universidades de élite de EEUU, pero la corrupción no es el único problema, todo el sistema de admisiones está amañado.

(Richard Reeves - The Guardian / El diario) EEUU - En las universidades de élite se aceptan más estudiantes de familias que se encuentran en el 1% más rico que en el 60% más pobre.

Los estadounidenses ricos utilizan su dinero para comprar la admisión de sus hijos en las mejores universidades del país. Una investigación del FBI, que ha recibido el acertado nombre de operación Varsity Blues [en honor a la película homónima que en España se conoce como Juego de campeones], ha sacado a la luz un escándalo de corrupción en el sistema de admisiones de muchas universidades con pagos de sobornos que ascienden a un total de 25 millones de dólares en efectivo.

Según esta investigación, los entrenadores habrían sido sobornados para incluir a los candidatos en la lista de estudiantes a admitir por sus habilidades atléticas. Por otra parte, también se habría sobornado a los responsables de las pruebas de ingreso para que amañaran calificaciones o permitieran que otra persona hiciera el examen.

William 'Rick' Singer, fundador de un negocio con sede en Newport Beach, California, que asesora a los estudiantes cuando preparan sus solicitudes de ingreso a las mejores universidades del país, es el cerebro de la trama.

La trama de sobornos de Singer supuestamente permitía a los padres comprar la entrada de sus hijos en algunas de las universidades más prestigiosas del país, entre ellas, Yale, Georgetown, Stanford, UCLA, la Universidad de San Diego, USC, la Universidad de Texas y Wake Forest.

El FBI ha querido puntualizar que han sido algunos trabajadores de estas universidades, y no estos centros académicos, los que aceptaron sobornos. La agencia ha identificado a nueve entrenadores deportivos que han participado en esta trama.

"Tras investigar durante diez meses, y por medio de técnicas sofisticadas, el FBI ha desenmascarado lo que creemos que es un sistema corrupto", ha indicado John Bonavolonta, el agente del FBI a cargo de la operación. "Ha privado a estudiantes de todo el país de su derecho a competir en igualdad de condiciones al solicitar el acceso en algunas de las universidades de élite del país".

Seamos sinceros: todo el sistema "está amañado" en beneficio de las familias adineradas. Es cierto que en este caso es especialmente vergonzosa la forma en que el dinero se ha transformado en una codiciada plaza en una universidad de élite. De hecho, es ilegal. Sin embargo, hay muchas otras maneras de privar a los estudiantes de una oportunidad justa si no tienen la suerte de haber nacido en el seno de una familia con dinero y conexiones.

Muchas otras formas de conseguir una plaza no son ilegales pero si inmorales.
Tomemos por ejemplo el hecho de que los padres sean exalumnos de la universidad, por ejemplo. Esto aumenta las posibilidades de ser admitido y, por razones obvias, los exalumnos de las escuelas de élite suelen tener mucho dinero, especialmente si se casan con otros exalumnos (también son desproporcionadamente blancos).

Según un estudio de Princeton, ser hijo de exalumnos es como tener 160 puntos adicionales en el SAT [el examen para la admisión en la mayoría de universidades de Estados Unidos] en la versión de 1.600 puntos. Imaginen qué pasaría si las universidades dieran este tipo de ventajas a los candidatos de familias con menos recursos.

¿Y qué decir del trato preferente que reciben aquellos que hacen donaciones a una universidad? En vez de sobornar a los entrenadores, los padres más ricos pueden sobornar –perdón: hacer un donativo– a la escuela.

En 2017, el Washington Post informó sobre el trato especial dado a los "solicitantes VIP" a través de una "lista de vigilancia" anual. Las solicitudes de los candidatos cuyos padres eran grandes donantes incluían anotaciones en sus expedientes como "$500.000. Debe estar en WL" (lista de espera). Y, todavía mejor, estas donaciones están libres de impuestos. Como regla general, cuanto más elevada sea la suma donada, más elevadas serán las posibilidades de ser admitido. La pregunta que se hacen los padres que quieren que sus hijos vayan a una universidad de élite es, "¿qué precio tiene? En otras palabras, ¿cuánto tengo que donar para que mi hijo pueda entrar?

Muchas universidades prefieren a los estudiantes que han "mostrado interés" en el centro académico. ¿Cómo mostrar interés? Visitando el campus. Fácil para los que tienen dinero para pagar el vuelo y el alojamiento y más complicado para los que tienen ingresos modestos o bajos.

Las universidades de élite están sirviendo para reforzar la desigualdad de clases, en lugar de reducirla. El proceso de admisión opaco, complejo e injusto es una gran parte del problema. Desde una perspectiva de igualdad, no sólo Singer y sus clientes son los culpables. También lo es el sistema.

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