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Morelos: siembra de concreto, cosecha de ira

La fiebre constructora y la especulación inmobiliaria enajenan tierras, contaminan aguas y transforman a los campesinos en albañiles temporales, desempleados de por vida e inquilinos hacinados en casas sin servicios

(Luis Hernández Navarro – La Jornada ) México - El despojo y la depredación de los recursos naturales de los pueblos de Morelos avanza de la mano de la urbanización salvaje. Esta ola constructora quiere convertir a la región de vocación agrícola en una ciudad dormitorio, edificando 50 mil viviendas en una zona donde se ubican cuatro mantos acuíferos. Para ello cuenta con la complicidad de las autoridades locales, que han facilitado licencias irregulares de uso del suelo a varias compañías.
"Ya estamos cansados -asegura- de que el gobierno nos pisotee, que siga invadiendo nuestros terrenos, que imponga leyes y normas que sólo a ellos les beneficien", señala Saúl Atanasio Roque Morales, representante de los 13 pueblos que se oponen al conjunto habitacional La Ciénega.
Falsamente, apoyándose en un estudio de 1974, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) defiende que hay suficiente agua para abastecer las nuevas construcciones. Pero los pueblos afectados reciben el líquido vital cada semana, mientras que las nuevas urbanizaciones dispondrían de él todos los días.
El agua ocupa un lugar central en la cosmogonía regional. Con danzas agradecen el agua que reciben del cielo, las montañas, los bosques y las tierras.
En Morelos hay una larga tradición de luchas de resistencia de los pueblos contra el despojo de sus tierras, agua y recursos naturales. Los habitantes de Tetelcingo y Xoxocotla frenaron la edificación de dos aeropuertos. Tepoztlán impidió la construcción de un club de golf. Ocotepec ha defendido sus predios colectivos en contra de la megatienda Soriana. Alpuyeca, Tetlama, Yecapixtla, Axochiapan, Cuentepec, Anenecuilco, La Nopalera , San Antón, San Rafael y Puente de Ixtla se oponen a la instalación de basureros a cielo abierto o rellenos sanitarios. Cuernavaca, Ocotepec, Jiutepec y Cuautla rechazan la instalación de nuevas gasolineras y estaciones de gas contaminantes. En Cuernavaca un movimiento ciudadano busca evitar la destrucción de la barranca de Los Sauces. Los habitantes de Huitzilac se oponen a los libramientos carreteros.
Para detener el despojo y la destrucción medioambiental es que se llevó a cabo el 28 y 29 de julio pasado, en la comunidad de Xoxocotla, el Primer Congreso de los Pueblos de Morelos, en Defensa del Agua, la Tierra y el Aire. Participaron en su realización más de 700 personas, provenientes de 48 comunidades, municipios, pueblos y barrios urbanos de Morelos. Estuvieron acompañados de representantes de organizaciones sociales y no gubernamentales. El congreso aprobó la creación de un Consejo de Pueblos, integrado por tres representantes de cada pueblo nombrados en asamblea, que no tengan cargos oficiales en partidos políticos o sean funcionarios públicos.
Ante los reclamos, el gobierno estatal ha respondido con medidas policiacas y tratando de criminalizar la protesta social. A pesar de ello, los pueblos no bajan la guardia. Este lunes efectuaron una numerosa manifestación en Cuernavaca.
En la carta dirigida al presidente Calderón, la Asociación en defensa de los manantiales del estado de Morelos advirtió: "De seguir esta complacencia, haremos uso de otros medios. Hoy damos una señal: en la tierra en que se gestaron grandes transformaciones nacionales, se gesta un descontento social y crece día a día, manifestación que tiende a desbordarse, que sentará un precedente y marcará una vez más la historia de México".

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