Mujeres Artesanas se declaran Artistas y piden parar con el Plagio de sus diseños

El lunes 10 de septiembre en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México culminó el primer encuentro de Mujeres Artesanas: “Por la defensa de nuestros diseños”. El encuentro ha sido convocado por Recosur (Red de cooperativas del sur) conformada por organizaciones de que pertenecen a los estados de Michoacán, Yucatán, Guerrero, Quintana Roo, Oaxaca y Chiapas. 

(Noelia Carrazana y Angela Valderrama Cayumán para Red Eco) México - Aquí durante cuatro días llegaron mujeres de Argentina (Nación wichi), Paraguay (Nación Qom) Ecuador, Colombia (Nación wayu), Guatemala, Chile (Nación Mapuche) y desde muchas comunidades de México. El evento comenzó con una conferencia de prensa en el Museo de San Cristóbal, MUSAC, donde se resaltó la importancia de encontrarse para continuar con el trabajo en red y sobre todo para entregar un mensaje público: “Denunciamos como mujeres tejedoras, bordadoras, alfareras, que hemos constatado el despojo, apropiación de nuestros diseños, como un conocimiento que se ha transmitido de generación en generación en cada uno de los pueblos originarios. Afirmamos que varias empresas comerciales, diseñadoras y diseñadores han plagiado nuestro diseños despojándonos de nuestros derechos como creadoras originarias”.

Posteriormente, comenzaron las actividades en las dependencias del Centro de formación y capacitación para mujeres, Kinal Ansetik, en las afueras del centro de la ciudad. Allí, ya se había convocado un gran número de mujeres que desde el día anterior habían llegado para recibir a las 200 mujeres que se han dado cita. Estaban ya preparadas con sus grandes ollas y mesas todas adornadas de manteles blancos, la sala de conferencia bañada en hojas de pino, algo que se estila aquí cuando hay eventos importantes.

Fuimos llamadas alrededor de un árbol grande, un abuelo como se los respeta en las comunidades. Está ubicado en el patio del CEFOCAM, allí la hermana Ita Kamari comenzó a realizar una ceremonia de bienvenida, cada una de las participantes estaba vestida con su ropa tradicional de comunidad y en esa diversidad se encontraba la belleza de los diversos territorios, fue una ceremonia sagrada de agradecimiento y pedido a la Madre Tierra y los cuatro elementos.

Racismo del estado mexicano con las participantes

Juana, perteneciente a la comunidad Purépecha, contó que personal del aeropuerto de México además de revisarla exhaustivamente le quitó algunas prendas bordadas que ella traía para mostrar y compartir en el encuentro. Ella explica que cada vez que va a la ciudad de México vestida tradicionalmente se siente y la tratan “como un animalito de zoológico, ya que todo mundo se quiere sacar una foto conmigo; ahora voy con ropa común y ahí nadie te pela”. Entonces como explican las tejedoras de Guatemala esta forma de ver al indígena también es racismo de parte de los mismos conciudadanos.

La misma situación de abuso pasaron las integrantes del Movimiento Nacional de Tejedoras e Guatemala, entre los colectivos que se encuentran Mujeres de Afedes, Ruchajixik ri_qana´ojbal quienes con lágrimas en los ojos explican que las hicieron quedarse más que al resto de los turistas “blancos”, una de las tejedoras cuenta que “me preguntaron si la ropa que traía era nueva y me querían hacer pagar por esa ropa que llevaba puesta” algo insólito y racista. También cuentan que perdieron en bus tratando de explicar a los gendarmes mexicanos que ellas no venían a vender su ropa, sino a participar de un encuentro: “los gendarmes nos dijeron que ellos estaban para recaudar impuestos y nos hicieron pagar y nos dijeron que si seguíamos alegando nos iban a quitar todo”.

México y Guatemala desde 2014 tienen un convenio contra la discriminación, clasismo, racismo y xenofobia, pero por lo sucedido poco parece que se ha hecho con respecto a la capacitación de los agentes estatales de frontera.

Ambos países comparten muchas situaciones de racismo, Agelina, de la comunidad Maya de Guatemala, explico que “si el textil indígena lo lleva una mujer indígena se la mira con desprecio y en general se la deja de lado, pero si ese textil lo lleva una mujer blanca, entonces ahí si se le ve bonito, se la aplaude y felicita de lo lindo que le queda, eso también es racismo”. A pesar de esto las mujeres Purépechas y las mujeres tejedoras de Guatemala llegaron a este encuentro donde han compartido estas discriminaciones, dolores que se transformaron en ideas y planteamientos a lo largo de estos tres días, para poder entre todas ver la forma de proteger la cultura a través de las creaciones textiles ancestrales.

Ellas viajan trabajando la esperanza, tejiendo un telar invisible e infinito, que solo podrán ver las generaciones futuras porque los hilos, las urdimbres y las tramas son poderosas. Es la fuerza de los pueblos que resisten, luchan y crean.

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