No hay nada que festejar en Paraguay
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- Categoría: Paraguay
- Publicado: Viernes 19 de Septiembre de 2008
(Martín Almada) Paraguay - Por los efectos de los agrotóxicos ante la total indiferencia de nuestra sociedad el niño Jesús Jiménez, por ser “pobre y paraguayo” ya no compartió con su familia la nochebuena cristiana. Su cuerpo envenenado fue traído a la capital el 19 de diciembre de 2007 en un rústico ataúd para una supuesta investigación judicial debido a la presión de las organizaciones campesinas.
También fui testigo ocular de la muerte silenciosa de varios niños paraguayos en las colonias japonesas de Pirapo, por la contaminación ambiental en el año 1999.
Siendo Presidente fundador del Tribunal Ético contra la Impunidad de la Asociación Americanas de Juristas (AAJ), promovimos acciones judiciales sin suerte contra la Semilla de la Muerte en Rincón i, Ybycui.
Las semillas tóxicas fueron enviadas a los campesinos como “regalo” para abono por la conocida Multinacional norteamericana Monsanto/Delta Pine y enterradas superficialmente a pocos metros de una Escuela Primaria y dejando como saldo la muerte de varios escolares.
Intervino en el caso el destacado médico Dr. Joel Filartiga, victima también del operativo Cóndor, por sus ideales democráticos fue implacablemente perseguido por la dictadura militar de Stroessner y su hijo Joelito, joven estudiante, brutalmente asesinado. Gracias al Dr.Filartiga hemos logrado los certificados médicos de defunción de las victimas.
Ante la presión de las autoridades locales, nacionales y multinacionales e indiferencia de los organismos internacionales como la UNICEF los crímenes quedaron hasta la fecha impune. Las empresas multinacionales, como es de costumbre en todas partes del mundo compran a las autoridades locales, Nacionales en particular a los que administran la justicia.
Por eso reina en Paraguay y en América Latina la impunidad. Aparentemente las empresas multinacionales y los sojeros brasileños en Paraguay son incontrolables por su inmenso poder económico y en consecuencia político que están llevando a la tumba a nuestros niños, la esperanza del mañana.
Como Premio Nobel Alternativo de la Paz y miembro del Comité Ejecutivo de la AAJ me adhiero al dolor de los padres del niño Jesús Jiménez y me sumo al reclamo de la Asociación de agricultores de Alto Paraná para que se haga justicia.