Incendios en La Comarca: los "misteriosos focos"

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Detalles: Categoría: Ambiente; Publicado: Miércoles 05 de Febrero de 2025

Un habitante del paraje Entre Ríos publicó en redes reflexiones sobre la aparición, "misteriosamente", de focos de incendio en diferentes puntos de la Comarca. "Han visto personas prendiendo fuego, hay incluso un video nocturno donde se ve eso (...) Culpan a priori a los pueblos originarios, sin pruebas y (peor) sin lógica, porque justamente las comunidades mapuches vivieron siempre en y de la tierra y los bosques nativos (...), afirma. En este momento informan de la detención en la Comisaría 12 de El Bolsón de tres personas acusadas de ser responsables de los incendios, pero que son brigadistas que los combaten (*).

DEFINIR "INTENCIONAL"

En medio del desastre que estamos viviendo en Mallín Ahogado (zona norte de El Bolsón) y pocos días después del desastre en Epuyén (40 km al sur), todos los días aparece misteriosamente algún foco de incendio en distintos puntos de la Comarca. A quienes no viven acá les cuento que en verano casi no llueve, y los últimos años fueron cada vez más secos y tremendamente calientes, lo que hace que cualquier chispita pueda provocar una catástrofe.

Han visto personas prendiendo fuego, hay incluso un video nocturno donde se ve eso. Las conjeturas varían según la ideología, porque todavía no agarraron a nadie in fraganti como para saber quién y por qué. Por supuesto los gobiernos (todos de derecha y más allá) culpan a priori a los pueblos originarios, sin pruebas y (peor) sin lógica, porque justamente las comunidades mapuches vivieron siempre en y de la tierra y los bosques nativos.

Mucho más razonable es pensar en otro tipo de motivaciones, que siempre tienen que ver con negociados colosales entre los gobiernos y el puñado de millonarios habitual.

También puede haber algún loquito pirómano, etcétera.

Pero de lo que sí hay pruebas es de la cantidad de fuegos provocados por fallas en la red de electricidad, que en esta zona es increíblemente precaria. Tendidos de muchos kilómetros de extensión, todos aéreos. Los cables se cortan cuando se cargan de nieve o cuando les cae una rama encima, los postes se caen por el viento (o por las vacas que se rascan, como aseguraron una vez).

Y en verano pasan cosas como la que acaba de ocurrir en mi barrio, que todavía viene zafando del desastre: una falla en un transformador, un poste que se prende fuego, su ruta. Lo apagaron enseguida esta vez, no pasó nada, pero hace muy poco algo así inició un incendio que arrasó con todo en Golondrinas, otro barrio sobre la montaña.

El asunto es que además de la nula intención de mejorar la red eléctrica por parte de todos los gobiernos que se han sucedido (incluso el jefe de Servicios Públicos aseguró en un informe que el tendido aéreo es mejor que el subterráneo porque así se pueden localizar las fallas {ramas que cortan cables} con facilidad) (juro que lo leí), no se percibe que haya otras tareas de prevención de incendios durante el resto del año ni durante la temporada de peligro.

Sí se sabe que el actual gobierno nacional quiere derogar la ley que prohíbe el cambio de uso de la tierra una vez quemada, y que redujo el presupuesto del Servicio Nacional de Manejo del Fuego (a cargo de la Bullrich, por si faltaba algo para vivir con tranquilidad).

En este momento hay centenares de personas combatiendo el fuego, tal vez miles cocinando y recolectando y repartiendo todo lo imaginable para sostener a esas personas y a las familias que ya perdieron todo lo que tenían, y todo con una mezcla de amor, miedo, entusiasmo y dolor que en pocas situaciones suele darse. Lo que ya se perdió es incalculable en todos los aspectos.

Y los municipios, las provincias y Nación se despiertan cuando todo arde y el pueblo ya organizó solito ese sostén gracias, lamentablemente, a una vasta experiencia en catástrofes.

Entonces cuando hablan de intencionalidad en el inicio de un incendio... no hace falta encontrar a alguien prendiéndolo, aunque lo hubiera: la (como mínimo) desidia estatal, provincial y municipal es suficiente para generar una catástrofe.

Una desidia sostenida por décadas es igual a la intención de no hacer nada, o de quemar todo.