Red Eco Alternativo ***

Crónica del sexto día del juicio por el femicidio de Cecilia Basaldúa

Compartimos la crónica realizada por la Mesa de organizaciones feministas, sociales y de derechos humanos que acompañan a la familia Basaldúa en el juicio por el femicidio de Cecilia: “Contradicciones en tiempos y lugares, actas que no se labraron, procedimientos que no correspondían, la 'confesión' de un testigo que devino 'buen culpable', cámaras que no se relevaron, 'olvidos', líneas de investigación inexplicablemente abandonadas, un pedido de nulidad rechazado, efectivos policiales hoy presos… lo que se vive en la sala de audiencias va permitiendo vislumbrar los entramados de complicidades y responsabilidades que buscan ocultar la verdad sobre el femicidio de Cecilia”.

La sexta audiencia del juicio por el femicidio de Cecilia inició este lunes a las 14:30hs. Dieron su testimonio los efectivos de la fuerza policial: Silvana Lorena Trepant, Sebastián Aiza, Alejandro Bracamonte y Claudio Ponce, vinculados a las entrevistas realizadas a la familia Bustos, y luego a David y Lucas Bustos en la Comisaría de Capilla del Monte. Día a día va quedando claro cómo el “caso” presentado contra Lucas Bustos descansa tan sólo en un puñado de testimonios que se alimentan entre sí, sostenidos por Mario Mainardi y su entorno y un grupo de policías que entrevistó de manera irregular al acusado. Contradicciones en tiempos y lugares, actas que no se labraron, procedimientos que no correspondían, la “confesión” de un testigo que devino “buen culpable”, cámaras que no se relevaron, “olvidos”, líneas de investigación inexplicablemente abandonadas, un pedido de nulidad rechazado, efectivos policiales hoy presos… lo que se vive en la sala de audiencias va permitiendo vislumbrar los entramados de complicidades y responsabilidades que buscan ocultar la verdad sobre el femicidio de Cecilia. Aunque los testimonios de este día son extensos, entendemos necesario dar cuenta de ellos, en detalle, de sus inconsistencias y arbitrariedades.

La Mesa de organizaciones feministas, sociales y de derechos humanos que acompañan a la familia Basaldúa en el juicio por el femicidio de Cecilia, informan sobre la sexta audiencia ocurrida en tribunales de Cruz del Eje, el día 9 de mayo de 2022.

Bracamonte: “La parte investigativa la dirigía yo”
La primera declaración fue la de Diego Alejandro Bracamonte, actualmente Director de Investigaciones de la Departamental Punilla Norte. En 2020 se desempeñaba como segundo Jefe del Departamento de Investigaciones de Punilla.

Declara no haber conocido antes de esta causa al imputado. Bracamonte expresa que comenzó a intervenir en la búsqueda de Cecilia Basaldúa cuando sus propios empleados de la Brigada de Investigaciones le avisaron sobre su desaparición, entre quienes estaban el subcomisario Zárate y Ubaldini. Explica que se dio inicio al sumario, se activó un protocolo de búsqueda, y luego intervino la Fiscalía de Cosquín.

El testigo dijo que estaba en Valle Hermoso cuando se enteró. “Era un día de semana a la noche (…) recuerdo que el subcomisario Zárate estuvo hasta las cinco o seis de la mañana, recuerdo que sabía que Cecilia había estado los días previos en lo de Mainardi, se inició la diligencia a su casa, donde obviamente no estaba ahí”.

Por la mañana siguiente regresó a Capilla del Monte y ya se habían solicitado refuerzos a Córdoba. Se formó un equipo de 10 personas para participar de la búsqueda. Al día siguiente, eran 30 o 35. “La parte investigativa la dirigía yo”, declara.

Bracamonte manifestó que, en un principio, se hizo la solicitud de paradero. Luego, se entrevistó a vecinos y, consecuentemente, fueron surgiendo elementos como testigos que habían visto a Cecilia. “La primera testigo es esta mujer, que vive cerca de la casa de Mainardi, que la notó preocupada, triste y desorientada a Cecilia”. No recuerda su nombre. Después, otro testigo llegó a la comisaría de Capilla del Monte con elementos que había encontrado -la mochila y la carpa-, y otros testigos dijeron haber visto a Cecilia con un caballo, en un puente. El último testigo dijo que la había visto acariciando el caballo y cuando estaba regresando, la vio irse por las vías. Por tal situación fue que se tomó ese lugar como punto 0 -en referencia al lugar conocido como “Los tres puentes”-. Se rastrilló o “se peinó” el lugar, y se corroboró que la mochila pertenecía a Cecilia. Al no tener resultados, se trasladaron a donde estaba la última mujer que la vio Cecilia, a unas cinco cuadras del otro lugar, también sin ningún resultado.

El testigo declaró haber estado todos los días de la búsqueda, que fueron entre nueve y diez. “Se buscó por el camping, plazas, luego de haber descartado los lugares por donde Cecilia había estado. Nos empezamos a ir por los márgenes”.

“Cecilia, al salir de la casa de Mainardi, consigue un lugar, una casita a la vera del río Calabalumba. Hay un testigo que la vio. Un lugar precario y abandonado. Se peinó todo ese sector”. Ante esta declaración, la Dra. Pavón aclaró que en esa casa -“el rancho de Niga” – había estado antes de ir a lo de Mainardi. Él reafirma que Cecilia estuvo en el rancho de Niga después de irse de lo de Mainardi, lo declara como “su segunda morada”.

“Estaba en la comisaría de La Falda, era un fin de semana cuando me anotician que habría aparecido un cuerpo en la zona del basural, una zona de difícil acceso”. Lo notificó el Comisario Lencina de Capilla del Monte. Cuando llegó a la comisaría, le especificaron que el lugar del hallazgo se encontraba en el ingreso a un campo, hacia el norte. “Ahí estaban todos convocados por el grupo de búsqueda, el comisario de Capilla del Monte, el Jefe de la departamental. Eran alrededor de las 18:30hs.”

En el campo que alquilaba Walter Luna, éste les dijo que su hijo había encontrado un cuerpo sin vida. Estaban presentes el comisario Agüero (Jefe de la Departamental) y gente de la Brigada de Investigaciones. Antes habían ido otras personas hasta el lugar donde estaba el cuerpo. Bracamonte dijo que era de difícil acceso, a un kilómetro de la casa de Luna. Ese río, “cruzando la ruta, se une con el río que cruza dónde paró Cecilia”, explica en alusión al rancho de “Niga”, también llamada como “Casa de piedra”.

“Creo que tipo tres y media o cuatro de la mañana, ascendieron con el cuerpo”. La fiscal dio la directiva de esperar a la autopsia. El lunes ya les habían notificado debido a que había un informe preliminar de que había sido una muerte violenta. Del Departamento de Homicidios vino el principal Aiza, Arrieta, Lorena Trepat -de Protección de las Personas-, el subcomisario Albariños, y un suboficial, y de Capilla del Monte y de La Falda, “éramos ocho”, entre ellos los policías Zárate, Lopez Ubaldini, Alba.

Para el lunes, Bracamonte había determinado “peinar” el lugar dónde se encontró el cuerpo sin vida de Cecilia y hablar con todos los lugareños. “Yo ya no fui hacer la tarea de campo, fueron todos los que nombré. Me quedé en la comisaría organizando”.

El testigo declaró que una de las casas a las que se acercaron fue la de la familia Bustos. “Fueron a tres casas más, pero no se consiguió ningún dato. A la casa de Bustos sé que llegó el subcomisario Zárate, Trepat, Molina y Ubaldini a las 9 hs con gente de la Brigada”. Otro grupo de trabajo entrevistó a Luna, quien colaboró con la guía hacia el lugar. Luna dijo que era común que la familia Bustos caminara por ese sector con los animales.

Jaime, otro testigo, les declaró que había escuchado que una gente de la calle, “yuyeros”, había manifestado que Cecilia había estado con una familia de apellido Bracamonte. Esta familia estaba en una casa vecina a donde estuvo alojada Cecilia sobre el río Calabalumba, pero dijeron no haberla visto nunca. Se manejaban dos hipótesis para realizar la búsqueda: la de los yuyeros (que nunca fueron ubicados posteriormente) y la zona caminada por los Bustos.

Declara que el personal le informaba a él y él disponía por dónde continuar la investigación. Cuando Zárate vuelve de la casa de Bustos, lo notó raro. Éste le dijo que cuando fue a la casa, Lucas Bustos se quedó en la parte de atrás de la casa, mirando a su familia con la policía a una distancia, “no se llegó a conversar con nosotros -le había dicho Zárate- tenía las manos en los bolsillos, apartado”.

A la tarde llevaron a los hermanos Santiago y Lucas Bustos en un vehículo no identificable. La modalidad de la citación la dispuso la fiscal: “en calidad de testigos”, remarcó. Fue gente de la Brigada y de Córdoba. Los acompañaba un pariente de los Bustos en una motocicleta.

“Dispongo la entrevista; Arieta y Trepat y el sub comisario Zárate abordaron a Lucas Bustos. Otro grupo entrevistó a su hermano. Estaba la suboficial Vera atendiendo el público e instruyendo el sumario de la causa”. Bracamonte declara que él designa a los entrevistadores: “Designé a Arrieta porque me pareció una persona muy tranquila, él le había hecho la entrevista a Mainardi y me pareció muy bien”.

Según Bracamonte, el hermano de Lucas Bustos, enojado ante la situación de la entrevista, se habría quejado: “para qué me citan si yo no tengo nada que ver, qué quieren hacer”. En relación a esto, el testigo declara que Santiago es “todo lo contrario a Lucas Bustos”, a quién notó callado, tímido, se frotaba las manos, totalmente opuesto al comportamiento de su hermano. “Mi rol era cuidar que el marco de la entrevista se lleve como corresponde”.

Los hermanos estaban separados a unos seis metros de distancia. Bracamonte cuenta que estaba en una oficina contigua, escuchando mientras el personal policial realizaba las entrevistas, que se extendieron durante dos horas aproximadamente. Escuchó que le preguntaban a dónde vivían, si caminaba por ese sector, las mismas para los dos hermanos. Según Bracamonte, Santiago era “una persona segura en sus respuestas” mientras que “Lucas, muy callado, muy nervioso, respondía en voz baja, miraba el suelo”.

En un momento de descanso, Zárate le informó que por el momento no había nada relevante, pero luego le pidió que avisara a la fiscal. Trepant le informa que Bustos “está contando algo”. “Entré, Lucas Bustos tenía los ojos colorados como si hubiera llorado, y dijo “me enfurecí, le quería dar un beso, me pegó una cachetada y le apreté el cuello”.

Bustos se quedó siempre en la oficina. Se dio aviso a la fiscal, Dra. Kelm. Se tomó su tiempo para analizar la situación, a las 18.30 se ordenó la detención, la imputación, protocolo de fichado. Bustos estuvo dos horas más, hasta que lo trasladaron.

Al momento de las preguntas puntuales sobre la declaración de Bustos, el testimonio de Bracamonte se vuelve más dubitativo, declara no recordar algunos puntos, no puede responder otros.

El fiscal Cuello le pregunta si investigaron a Mario Mainardi. Bracamonte explica que “se hizo todo lo posible. Tengo entendido que se habló con referentes de policía de Rosario. Era una persona que tenía su familia en Rosario y una casa en Capilla del Monte”. El fiscal le pregunta a Bracamonte si Mainardi fue considerado sospechoso, a lo que respondió: “Desde el primer momento. Habíamos ido como seis siete veces, se le allanó el domicilio”. En aquel momento, la fiscal les pidió que aguarden para avanzar con otra línea investigativa.

Entre las respuestas a las preguntas de Bracamonte, éste declara que no recuerda el nombre de otras familias entrevistadas, que solo se acuerda de Bustos. El abogado querellante del Ministerio de Derechos Humanos, Gerardo Batiston, pregunta si hay acta de la declaración, a lo que Bracamonte expresa que “fue informal, una entrevista”. Ante la pregunta si la fiscal Kelm le manifestó vía telefónica que Bustos debía ser interrogado en calidad de testigo o como entrevistado, Bracamonte titubea, expresa que da lo mismo.

Se le pide a Bracamonte que aclare si a Lucas Bustos se le hicieron dos entrevistas, una entrevista a la mañana, y otra a la tarde, el testigo declara que a la tarde se los vuelve a llamar pero en calidad de entrevista, no de testigo. Se le pregunta por qué tres personas llevan adelante una entrevista cuándo él mismo afirmó que tenía que ganar tiempo y recursos, Bracamonte responde que estas personas con experiencia, “me pareció lo correcto.” También se le pregunta por qué la entrevista a Bustos se extendió por dos horas, si venían obteniendo respuestas banales, responde no saber los motivos.

El testigo declara que nadie dejó constancia de la entrevista a Bustos: “No se labró ningún acta”. La abogada de Bustos pregunta si se realiza el mismo protocolo para las entrevistas que para las testimoniales, Bracamonte responde “Nosotros podemos hacerlo en la vía pública o en la comisaría. O sea que el que va en condición de testigo no firma ningún acta.”

Bracamonte hace 20 años que investiga, y al preguntarle si es habitual separar a los testigos para dar su testimonio, responde que en este caso fue para hacerlo más rápido. Declara que estuvieron los dos hermanos al mismo tiempo, que uno quedó y el otro se fue. “No estuve cien por cien en la entrevista”, dijo al responder que no recuerda bien lo que se le preguntó a Lucas y a su hermano. Dice que se enteró de la denuncia por apremios ilegales pero no sabe qué pasó con esa causa. “Lo que sí puedo decir es que todas las veces que entré no escuché nada relevante para la causa” hasta la declaración final.

Bracamonte también afirma que en las calles de Capilla del Monte hace dos años no había cámaras, que se relevaron las cámaras del supermercado Cordiez pero no las del Banco Provincia.

Aiza: “Nos dicen que hay directivas de la Fiscal de no entrevistarlo más a Mainardi”
El segundo testimonio fue el de Sebastián Aiza subcomisario en el departamento de Homicidios de la Policía de Córdoba.

El 16 de abril le solicitan que acompañe a gente de Protección de las personas, donde está el comisario Albariño, porque había una mujer perdida en Capilla del Monte.

En la comisaría había un montón de personas, entre ellas Albariño, Trepat y Pagano. En Capilla del Monte coordinaba el Comisario Inspector Bracamonte, con quien ya se conocían, y este les pone al tanto de la situación.

Luego, junto a Albariños, se dirigen a la casa de Mainardi para entrevistarlo. Este les cuenta que Viviana, “la Rasta”, le había presentado a Cecilia porque no tenía dónde dormir y le había dejado armar su carpa en el patio. Mainardi les relató que la noche anterior a su desaparición habían hecho un asado, que él se fue a dormir y Cecilia se quedó despierta. Cuando él se despertó, la vio mal, “como que le había dado un brote”, y él le pidió que se fuera. Que luego él también se fue de la casa. A continuación le pidieron a Mainardi que los llevara a hacer el recorrido hasta la casa de la ex pareja, o pareja, Tatiana.

Aiza declara que se le informa que había dos allanamientos, uno en lo de la novia, la otra en lo de ”la Rasta”. Se dividieron en dos grupos, y él fue a la casa de la ex pareja. Allí observó el allanamiento y que secuestraron la melódica [de Cecilia]. Tatiana les dice que Mainardi se la había regalado a su hijo. Le informaron que en el otro allanamiento habían secuestrado un celular, y que iban a hacer un allanamiento con Luminol en lo de Mainardi, cuyo resultado, le informaron, fue negativo.

Aíza regresó a Capilla cuando apareció el cuerpo sin vida de Cecilia, el día 27 de abril. “Nos dicen que hay directivas de la Fiscal de no entrevistarlo más a Mainardi”. Se trabajaba con entrevistas a vecinos, uno por uno, con la compañía de Ubaldini, el comisionado de la causa. Se trató de ubicar a “los yuyeros” porque supuestamente la habían visto, y no se los encontró. Hablamos con un señor Jaime, que tenía un campo cerca al de Luna, donde apareció el cuerpo.

Por la tarde fueron a buscar a los hermanos Bustos, el oficial Arrieta de la División Homicidios, Pagano de Protección de las personas, y personal de Capilla del Monte. Fueron en dos camionetas, una blanca y una azul. El comisario inspector Bracamonte hace una videollamada con la fiscal, quien autoriza el pedido de Bracamonte para hablar con los Bustos en la comisaría en carácter de testigos del lugar.

Regresaron aproximadamente a las cuatro de la tarde a la comisaría en las camionetas, con el personal policial y los hermanos Bustos. Declara que Albariño y él hablaron con Santiago Bustos. “Le preguntamos si conocía a la chica, si habían visto algo raro, no dice nada relevante. En una de las salidas que hago, buscando agua, Bracamonte le dice “Ahí confesó todo el chico”. “Habrán pasado quince o veinte minutos”. Esto se contradice con el testimonio de Bracamonte, quien declaró que esto ocurrió durante dos horas. También declara que la oficial Trepat le dijo: “me contó todo”.

Entonces se comunican con la fiscal, queda detenido Lucas y pidieron el allanamiento al domicilio. Eran siete personas, secuestraron unas prendas y ropa interior. Aíza regresó a Córdoba a las doce de la noche.

Se lee la declaración en relación al momento del allanamiento de la casa de los Bustos. En Fiscalía Aiza había declarado que hubo orden de allanamiento y que él había expresado “para qué si es un testigo”. Afirma que en ese momento él desconocía que la familia Bustos ya había sido entrevistada.

Declaró que nunca tuvo acceso del sumario, se informaban de la causa con el comisario Bracamonte y el comisionado Ubaldini. Dice que pidieron el sumario y nunca lograron verlo.

Al momento de la declaración, a Santiago Bustos se lo notaba preocupado, nervioso, por eso le ofrecimos un vaso de agua. “La de Lucas pudo haberse extendido un poquito más, como mucho diez minutos más”. “Le dijimos que se podía retirar, porque no aportaba nada para la causa”.

La abogada de la familia Bustos, María Claudia Brandt, le pregunta si desconoce el protocolo del Ministerio Fiscal, donde se explica que se tiene que dejar un acta de la declaración, que permitiría aclarar la contradicción respecto al tiempo que se demoran entrevistando a cada hermano. Aíza responde que él desconocía que se lo había entrevistado a Lucas Bustos con anterioridad, y afirma que desconoce que se tiene que dejar un acta de lo declarado y de la incriminación de Lucas Bustos*.

La Dra. Brandt pide la nulidad a los testimonios del personal policial en relación a la entrevista en sede policial, entendiéndolos como totalmente irregulares. Argumenta que los entrevistadores fueron elegidos a dedo, cuando por el código de procedimiento, debe ser la policía judicial quien lleve adelante esta acción. Aclara que las entrevistas están destinadas a menores de edad, a familiares de víctimas y en caso de violencia familiar. Por todo esto, pide pruebas legales. El fiscal Cuello se opone al pedido de la dra. Brandt, mientras que la dra. Pavón y el dr. Batiston acuerdan. Se va a un cuarto intermedio. Se rechaza el pedido de nulidad por parte del Tribunal.

Trepant: “No hicimos acta de declaración testimonial” de Lucas Bustos
La tercera testimonial fue la de Silvana Lorena Trepant Ochoa, Sargento Ayudante del Departamento de Protección a las Personas en Córdoba. Trabaja allí hace nueve años aproximadamente. La sargento declaró que vio a Lucas Bustos una sola vez, en la comisaría de Capilla del Monte cuando lo llevaron para entrevistarlo como testigo.

Trepant dijo que, junto a los oficiales Albariños y Pagano, fueron a Capilla del Monte una semana antes de que se encontrara el cuerpo sin vida. Ya habían pasado varios días desde la desaparición de Cecilia y entrevistaron al comisario Bracamonte, y luego a Mario Mainardi. “Nos comenta que la noche del 4 estuvieron tomando, y dijo que Cecilia estaba con un brote psicótico, que la gente la seguía, se enojó con él y salió, no recuerda el día. El 4 a la noche tuvieron la fiesta y el 5 al mediodía ella se fue enojada con él”.

La sargento declaró que, junto a oficiales del Departamento de Protección, viajaban todos los días desde Córdoba a Capilla del Monte. Fueron 3 o 4 días seguidos y volvieron cuando encontraron el cuerpo.

También manifestó que colaboraron en el allanamiento a la casa de Tatiana, que secuestraron el “pianito” de Cecilia, y a la casa de Viviana, la “Rasta”. “Como había perdido todas sus pertenencias pensábamos que andaba por ahí”, en el lugar dónde apareció la mochila, la zona de los Tres Puentes.

El lunes 27 de abril, Trepant relató que viajaron nuevamente a Capilla del Monte. Con ella estaban el subcomisario Argüello y Pagano. En otro móvil, estaban Aiza y el oficial Ochoa -agentes de Homicidios-. Ese día fueron a ver a Victor Jaime -vecino de Walter Cruz- quién les dijo que el cuerpo estaba en un lugar de difícil acceso, que no pasa gente todo el tiempo, sólo gente que conoce el sector. “Nos dijo que cerca estaba Luna, y otros chicos que los llaman Los Tutulas” y que se había enterado que la chica había estado con los “yuyeros”.

El martes 28 de abril por la mañana, los oficiales fueron a entrevistar a Walter Luna. Anteriormente buscaron a los “yuyeros” por la zona del camping, pero no los encontraron. Entrevistaron “a gente de ahí que estaba en situación de calle, que duerme ahí”. La sargento declaró que, pasado el mediodía, le dijeron que habían identificado a “los Tutula” y que los iban a llevar a la comisaría donde se encontraban. A las 14 hs “los trajo el sargento Pagano, el principal Arrieta y el subcomisario Zárate”. Agrega que en ese momento los Bustos eran conocidos como “los Tutula”.

El comisario Bracamonte le pidió que entreviste a Lucas Bustos. En la oficina donde lo interrogaron había cinco personas. “Entraban y salían todo el tiempo, yo -Trepant- fui la que más estuvo dentro de la oficina”. La sargento manifestó que empezó por preguntarle sus datos, ya que “no tenía ni idea de con quién hablaba”. También dijo que “lo tenía como testigo en el sentido que fueron las únicas personas que vivían cerca dónde apareció el cuerpo”.

Declara que es una persona sumisa, que hablaba muy bajito, “me costaba entenderlo”. Lucas Bustos le dijo que se enteró por Facebook de la desaparición y posterior femicidio de Cecilia. Le comentó también que iba a la casa de una señora en Los Mogotes, donde siempre veía a una chica colombiana con un perrito. “Le mostré una foto de Cecilia, me dijo que no era ella, que la colombiana ya se había ido de la Argentina”. Al mostrarle la foto, dice, Bustos empieza a cambiar, se puso pálido, nervioso, empezó a temblar. “Yo en todo momento veía que me quería decir algo más”. El principal Arrieta preguntó a Bustos si se quería quedar solo con Trepant, él asintió, y se quedaron solos.

La sargento declaró que en ese momento Bustos le contó que había visto a Cecilia acariciando unos caballos y que se pusieron a hablar. Después se fue. Le dijo que tenía un pullover clarito, debajo una musculosa con dibujitos. De acuerdo a los dichos de la testigo, cuando le pregunta “qué llevaba abajo”, Bustos hace referencia al color de la ropa interior de Cecilia. En ese momento, afirma, salió a decirle eso a Bracamonte. Declara que no sabía de qué color era la ropa interior y que por ese motivo salió a preguntar.

“Me parece que Arrieta ingresó”, pero declara que no sabe porque se queda en la cocina. Bracamonte se va a la oficina, al ratito vuelve y me dice que habían confesado, “le había dicho a Arrieta que había sido él”. Luego entra Trepant y le dice que estaban sentados en una piedra, que él le quiso dar un beso y ella le pegó una trompada, se puso furioso, se pusieron a pelear y él le apretó el cuello, apretó y apretó hasta que no respiró más. “Agarré el cuaderno y me fui, porque no me imaginaba ese desenlace, yo pensé que iba como testigo”, dijo la policía.

El fiscal Cuello le pregunta por qué los entrevistaron de manera separada, la testigo declara que fue indicación del Comisario Bracamonte. Que aproximadamente habrá durado una hora la entrevista y que tomaba nota en un cuaderno personal. “La confesión se la hace primero a Arrieta, pero no sé si estaba solo, yo estaba en la cocina”. “No hacemos acta de declaración testimonial”. Declara que no sabía que a la mañana ya habían entrevistado a la familia. No tenían acceso al sumario, la información estaba mediada por Bracamonte y los comisionados.

La Dra. Pavón le lee una parte de la declaración en Fiscalía ante una omisión de la testigo: en Fiscalía declaró que luego de ella salga de la entrevista a Lucas Bustos, entran Arrieta y el subcomisario Zárate. La testigo dice no recordar la entrada de Zárate. Zárate es el subcomisario citado como testigo que comparecerá el martes por videollamada por encontrarse preso en la cárcel de Bouwer.

Ponce: en la casa de los Bustos, “no vi nada relevante”
El cuarto testimonio fue el del comisario Claudio Omar Ponce. Durante el año 2020 fue subcomisario de inteligencia criminal de La Falda.

Ponce declaró que el día 28 de abril se hizo un relevamiento donde se había tomado nota de todos los vecinos de la zona de Los Mogotes. La última casa de la zona es la de la familia Bustos. Esa fue la única vez que el comisario vio al imputado. Después de ese relevamiento, les pidieron ubicar a un testigo de apellido Bracamonte, que aparentemente habría visto a Cecilia caminar por esa zona.

Ponce entrevistó a la mamá del acusado. “Dijo que tenía conocimiento del hecho por los medios de comunicación, que no sabían nada del tema, que no habían visto a Cecilia por el lugar. Otro que habló fue el novio de una chica que estaba en el fondo, manifestó lo mismo”.

El oficial declaró que el imputado estaba atrás y no habló. El horario de las entrevistas fue por la mañana. “Yo no vi nada relevante”, dijo Ponce ante la pregunta de la dra. Pavón sobre el motivo por el cual citaron en comisaría a los hermanos Bustos. “Lo que me llamó la atención fue el silencio de él, que estaba alejado, otra cosa no”.

 

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