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El TTIP o cómo hacer negocio con la salud

Las negociaciones sobre el Tratado de Libre Comercio (TTIP) entre la Comisión Europea (CE) y la administración de EEUU están muy avanzadas. Todavía no hay nada cerrado ni firmado, aseguran los negociadores y responsables de la Comisión. No obstante, las preocupaciones de la sociedad civil ante las posibles consecuencias que tendrá este acuerdo sobre servicios públicos como la Sanidad están empezando a aflorar en el debate ciudadano en varios países.

(Ekaitz Cancela - La Marea) UE - “Los gobiernos no podrán recuperar los servicios ya privatizados, aunque sus efectos sean desastrosos y los gastos desorbitados”, señala Pablo Sánchez, representante de la Federación Sindical Europea de Servicios Públicos. La apertura de los sistemas de salud de Europa a la competencia de los proveedores privados estadounidenses también puede generar o acelerar, según el representante sindical, procesos de privatización sanitaria. “El TTIP es la visión más comercial posible de la Sanidad porque trata de hacer negocio con la salud de los enfermos”, sentencia Sánchez.
Desde Bruselas rechazan estos temores. “El TTIP no invadirá el derecho de los gobiernos a impedir que las empresas extranjeras inviertan en sus servicios públicos sociales”, consta en documentos que la CE ha publicado en su web. Pero Sánchez desconfía de este mensaje, que considera “ambiguo” y que no disipa su desconfianza “por la opacidad que reina en las negociaciones”. No se fía: “Los servicios públicos pueden estar fuera del terreno de negociaciones por ahora, pero con la posibilidad de ser incluidos a posteriori”. En estos momentos, todos los servicios públicos, menos los audiovisuales, forman parte de la materia sobre que se negocia, aunque por parte europea se han introducido ciertas reservas. Esto no quiere decir que el sector público esté a salvo de un intento de liberalización mayor si los negociadores de EEUU así lo exigieran en rondas futuras.
En el planteamiento actual del TTIP, tal y como explica la Comisión en su web, no se ve afectada la capacidad de decidir de una administración sobre si quiere privatizar servicios o no. Pero sí complicará una futura renacionalización en contra de la voluntad de la empresa privada que operaba este servicio. A tal efecto contribuye también otro de los aspectos más controvertidos del TTIP, los mecanismos de solución de controversias entre inversores y Estado, conocido por sus siglas en inglés, ISDS. Esta cláusula, a la que se oponen cada vez más partidos en Europa, algunos con responsabilidad de gobierno, remite las disputas entre empresas y Estados a un tribunal de arbitraje internacional de carácter privado.
La iniciativa de transparencia puesta en marcha por la nueva comisaria europea de Comercio, Celia Malmström, es un paso adelante pero que no convence a los críticos. “La CE puede decir lo que quiera, pero no sabemos qué está negociando ni con quién, porque no nos lo dice”, expresa Lora Verheecke, del Corporate Europe Observatory (CEO), una organización que investiga la influencia de las corporaciones en la toma de decisiones en Bruselas. “La opacidad es el sello de identidad del TTIP”, incide la investigadora, y recuerda que, de las 520 reuniones a puerta cerrada previas al comienzo de las negociaciones que la Dirección General de Comercio tuvo en abril de 2013, el 92% era con los lobbies de la industria y el resto con sindicatos y otras organizaciones de la sociedad civil.
Como tantos otros sectores empresariales, la industria sanitaria también ha sacado su artillería pesada con el tema del TTIP. Farmacéuticas, hospitales, compañías de seguros privados e incluso bancos interesados en invertir en el mercado sanitario se agrupan en lobbies que representan a miles de empresas y que presionan de forma directa e indirecta a las autoridades para extender sus negocios en el terreno de la Sanidad pública. Eucomed, voz de la industria de la tecnología médica europea, es la organización que más veces se ha reunido con los responsables de la CE: hasta en cinco ocasiones se han entrevistado durante el primer periodo de negociaciones del futuro tratado. El mercado en el que operan las empresas a las que representa este grupo de presión mueve en Europa 100.000 millones de euros y da trabajo a 575.000 personas. Entre las filas de Eucomed destaca la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria, con un volumen de negocio aproximado de 6.800 millones de euros, de los que alrededor del 70% corresponden al mercado de la sanidad pública.
Nota completa: http://www.lamarea.com/2015/06/15/el-ttip-o-como-hacer-negocio-con-la-salud/

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