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Las confesiones de “rompiendo el silencio” son parte del problema, no la solución

La categoría que se da a los relatos que cuentan los soldados a “Rompiendo el Silencio” rebajan el aluvión de voces de la misma Gaza y abre las puertas a una mayor violencia. El grupo de veteranos israelíes organizados en "Rompiendo el Silencio" hizo pública el 4 de mayo una colección de testimonios que describen el asalto de Israel contra Gaza en el verano pasado.

(Ghada Ageel y Rela Mazali - middleeasteye.net) Israel - El grupo dijo que estos informes fueron hechos por más de 60 oficiales y soldados israelíes que participaron en el ataque y revelan "políticas sistemáticas dictadas a las fuerzas de Israel en de todos los rangos y en todas las zonas [y que] llevaron al daño masivo y sin precedentes de la población y la infraestructura civil en la Franja de Gaza".
La organización responsabiliza a los altos mandos y a los políticos, diciendo en el comunicado que "Los legisladores podrían haber predicho estos resultados... y eran sin duda conscientes de ellos en su totalidad".
Los testimonios y sus aclamadas revelaciones se publicaron en los principales sitios de noticias dentro y fuera de Israel, incluidos la cadena CNN , Newsweek , The Independent y The Washington Post . Sin embargo una parte de lo que el propio grupo revela a la opinión pública es que son las mismas estructuras -culturales, sociales y políticas– las que permiten esas prácticas y políticas que el grupo pretende denunciar.
Más aún, se otorga a los testimonios un valor privilegiado en los segmentos principales del movimiento activo contra la ocupación, en Israel y en el extranjero. Este privilegio se da a entender muy claramente en el nombre elegido por el grupo: "Rompiendo el Silencio".
Además se consideran especialmente fiables estos relatos de primera mano de los soldados sobre el terreno y se perciben - en la sociedad israelí, en gran parte de los medios de comunicación del mundo, e incluso en gran parte de la izquierda de Israel - como menos sospechosos que la obvia y necesariamente "enemiga" realidad parcial (en forma de grupos de derechos humanos palestinas, voluntarios u otros testigos).
Según estas percepciones, estos testimonios, prestados por las personas que están al tanto de la información altamente secreta, son especiales para que finalmente se revele la verdad.
Sin embargo los acontecimientos del verano pasado estuvieron, de alguna manera, envueltos en el silencio. Las dos autoras de este artículo pasamos las semanas del asalto de Israel contra Gaza a ambos lados de la línea divisoria. Estábamos a dos horas de distancia en automóvil una de la otra y apenas podíamos telefonearnos o enviarnos un correo electrónico. En un breve correo electrónico Ghada señalaba: "Tenemos 3 o 4 horas de energía al día, por lo que las comunicaciones son malas. Nuestro teléfono está arruinado".
Sin embargo, no hubo silencio. Concienzudamente y contra todo pronóstico se documentaron y se transmitieron toda las explosiones de los edificios, de la infraestructura y de los organismos, en una oleada de imágenes e información.
Entre ellos, por ejemplo, las listas de nombres, uno por uno, documentados en los sitios de noticias palestinos y en la página de internet del ministerio de Salud palestino, que luego fueron recogidos con cuidado, traducidos al hebreo y publicados por el sitio de noticias israelí Llamada Local, así como el recuento de más de 1.400 civiles palestinos inocentes muertos, entre ellos más de 540 niños, hacia el final del ataque.
O la cantidad y la intensidad de los bombardeos informados desde las zonas densamente pobladas de civiles como Raffah , bombardeada con más de 1.000 proyectiles en tres horas, que mataron 130 civiles. O el bombardeo indiscriminado registrado en el barrio de Shujaiyah, que mató a más de 50, entre ellos unos 20 niños.
La importancia, aunque modesta, de los recuentos de las bajas concretas, dio cierto grado de tangibilidad a los números incomprensibles y a los registros de la devastación.
Tales informaciones compartidas por amigos se unieron a los testimonios de los sobrevivientes, a los informes de los periodistas y blogueros, a los informes de las agencias de las Naciones Unidas (la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios y la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas), a las fichas descriptivas de los grupos de derechos humanos (Human Rights Watch, Amnistía Internacional, el Centro Palestino para los Derechos Humanos, Aldameer).
Nota completa: http://rebelion.org/noticia.php?id=199255

 
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